La Copa del Mundo de la Mezquindad

SERGIO TAPIA HELFER

Ya estamos a mitad de la segunda fecha de la primera Ronda del Mundial de Sudáfrica 2010 y luego de ver el debut de todas las selecciones y algunos partidos más, de la Copa del Mundo. me llevé una gran decepción. La gran mayoría de equipos sin importar el resultado fueron mezquinos. Y esta avaricia incluso la tiene Brasil, Inglaterra, Argentina entre otros.

Este nuevo valor admirado es lógicamente camuflado por otras palabras más suaves con una connotación un poco menos negativa, como por ejemplo son equipos contundentes, o en algunos casos les llaman equipos modernos, que busca el resultado como sea antes que buscar hacer fútbol. Entonces la mezquindad se vuelve no un demérito si no una forma de juego a imitar. Qué vergüenza Mourinho, Dunga, entre otros.

Los equipos llamados a ser favoritos se contentaron con marcar un golcito, de ahí todo para atrás. A defender, a cuidar el resultado. Y los periodistas no pueden tampoco tirarse abajo lo que al día siguiente tienen que seguir vendiendo para seguir llevando un plato de comida a su casa. Entonces las críticas son suaves, sin llegar decir lo que cualquier aficionado de fútbol puede ver, ya sea en el estadio o en la televisión. Y es que este Mundial es un desastre y le quieren echar la culpa a la pelota y a las cornetas llamadas vuvucelas, por amor de Dios, dejen de mentir.

Mientras que los equipos que tienen como meta clasificar a segunda ronda pues su mediocridad ya llegó al límite del atrevimiento con el solo hecho de presentarse en el Mundial, se contentan con defender el 0-0. Avaros.

Lo que más me llama la atención es la falta de ambición de toda esta gente. Sin embargo todos hablan del gran espectáculo que se vende y de los miles de dólares que generan, y hay que pagar para verlos, y más por los suvenires que los identifican. Y toda la maquinaria de marketing está 24 horas pensando en todo lo que significa sacar dinero y ni una pisca en el fútbol. Y que bien que los presidentes y gerentes de los clubes hagan este trabajo, pero que lástima que jugadores y entrenadores compren también esta idea y se presenten a la maquinaria por unos cuantos millones de dólares, ja. Miserables.

No me es difícil hacer un parangón con el mundial de los toros que vivimos cada año. Y es que las grandes figuras que están llamadas a ser los grandes triunfadores, también son los grandes mezquinos de la fiesta. Se contentan con poco, es decir por el dinero que reciben. Pues de la verdadera gloria saben muy poco, algunos pocos.

Lo que si saben es de la otra gloria, la que les venden sus allegados, amigos empresarios y ayayeros. Pero las figuras saben que en el fondo son triunfos armados. Si son aficionados verdaderos en el fondo lo saben. Cicateros.

Dicen algunos que de acá a 30 años se hablará del gran toreo de las figuras actuales. Y yo la verdad creo que si sigue todo igual en 30 años ya no queda fiesta. De lo único que se hablará será, lo que se llamó “la segunda época de oro del toreo donde se toreaba como nunca”, fue un fiasco. Donde el toro fue la última rueda del coche y en lugar de ser usado como estandarte de la fiesta y única figura real de esto, fue utilizada como payaso de circo de cuarta categoría, y que terminó siendo un animalito lindo que cumple su misión de cortarle orejas.

Y lo peor de toda que ante tal docilidad y embestida franca, sacan el pie para atrás y los aplauden. Ojala que a estos animalitos tan nobles que sacan ahora, al menos las figuras los torearan de verdad, pero no. No contentos con la manipulación del toro y lo que sus empresarios arreglan por ellos, en el ruedo los matadores compraron también el cuento del marketing, y ahora también son mezquinos y nos quieren vender que torean como nunca.

Con esos animalitos escogidos por ellos, afeitados, y para colmo seleccionados por ellos mismos, no son ni capases de hacerles un buen natural por dentro y no por fuera de la muleta. No son capaces de ponerse en el sitio ni templar la embestida y menos cargar la suerte, eso ya pues es tarea de un extraterrestre.
Entonces en qué quedamos, que el toro lo mejoraron con docilidad y toreabilidad para mejorar el torero y ahora es cuando menos se carga la suerte, cuando menos se usa la muñeca y cuando menos se saca un natural aseado. Roñosos.

Y finalmente ese animal fiero, bravo, noble, geniudo y capaz de dar triunfos y derrotas, decepciones y alegrías. Pitos y aplausos, fue manipulado para ser el mejor compañero del hombre-torero. Dócil, sin peligro, capaz de dar triunfos todas las tardes, 5 orejas cortadas por tarde, dos rabos y pata para las figuras. Cada dos días una puerta grande. En lugar de poner más docilidad en sus laboratorios campestres de bravura, porque no mejor le ponen 4 orejas al toro en lugar de pitones y así cada torero puede salir con 8 orejas cada tarde y todos contentos, así pueden cobrar más y en los escalafones tal vez lleguen al record guines de orejas cortadas del Fandi por temporada, y se meten en la historia como eso, como cortadores de orejas. Sordidos.

PD: Este artículo está dedicado a mi amigo PGUC. Por su afición a los toros y al fútbol, igual que yo.