El "Julipie"

SERGIO TAPIA HELFER

Han pasado Madrid y Sevilla; y vamos pasando a la segunda mitad de la temporada española. Las ferias más importantes ya culminadas y con un claro ganador, según se leen en medios de toros masivos. El Juli se ha alzado con varias faenas importantes y con puertas grandes consagratorias en la mediocre temporada 2010.

Sin embargo, el hasta ahora triunfador de la temporada, también recibe críticas, por su forma de torero, de una parte no masiva pero que goza del respeto por su sapiencia en estos temas. Y en una opinión ya personal el Juli mezcla el toreo clásico que sabe muy bien, con el moderno que le han enseñado y le exigen sus allegados (para que arriesgar en medio de la temporada si todo va bien, $$$$$). Además se ha hecho famoso por su “julipe”, forma de volapié, pero con características bastante particulares.

Y esta ensalada un poco revuelta de torero que despliega, podemos distinguir, incluso en sus rotundos triunfos este año, que hemos visto en los Liceos Taurino semanas atrás, lo que nos advertían muchos aficionados españoles que tiene la oportunidad de verlo más seguido, es cierto.

En su muleta tiene una técnica marcada con un sello personal bastante aceptable incluso por encima de muchas figuras del Toreo. Aunque con poca estética artística, que es lo que finalmente hace levantar de los asientos a los aficionados. Tal vez si no le escogieran tanto los toros, el sometimiento que les realiza a los animales sería más apreciado.

Explico como puede tener una técnica depurada pero sin arte. Si se fijan bien, el siempre cita como los cánones el torero mandan, muleta plana, pie por delante y trata de llevar al toro en forma oblicua y por el centro de la muleta, es decir sin pico. Pero luego se va descompaginando el manual y empieza a parecerse a destoreadores cabales. Pues empieza a doblar el tronco hasta ponerse en ángulo recto, (famosa alcayata), con la intención de que los pitones pasen por dentro de la muleta pero lejos de él. Aunque la mayoría de veces por esta maña termina descolocado de sitio, pierde pasos o el toro termina fuera de trapo. Sobre todo en sus pases de pecho, la distancia es bastante considerable. Todo esto es llamado toreo de “alivio”, que al publico en la plaza sin saber todo esto racionalmente, no se explica como no pueden saltar de alegría si al parecer estaba todo bien.

Se me viene inmediatamente a la cabeza su primer todo el año pasado en Acho. Donde dio varias tandas técnicamente muy buenas, para muchos las mejores de la Feria. Pero no terminó de romper. Y la explicación no es que el publico estaba frío por ser el primer toro, simplemente que su arte no emociona, porque va muy aliviado. Además ese toro tenia recorrido y nunca lo sometió claramente, parecía que iba a los aires del toro, aunque la técnica parecía muy pura. Por ahí escuché "fue la mejor faena, pero los mejores muletazos los dio Finito".

Igualmente voy a recoger algunos apuntes de Joaquín Monfil, que escribe en la Asociación el Toro de Madrid sobre el “Julipie”, la segunda nota característica del Juli.

“Me voy a centrar ahora en algo en lo que sí le considero inventor, pues a nadie había visto hasta él hacerlo y que es a lo que yo bauticé hace años como el “julipié”, es decir, la forma del volapié que ejecuta “El Juli” y que es muy loado y admirado por la mayoría de comentaristas en los medios de comunicación, aunque para mí y para muchos otros aficionados no sea más que un “alivio” en la suerte de matar al volapié.

El julipié consiste en citar al toro para matarle a volapié enfrontilado a él, entre los dos pitones del mismo, igual a como se hace normalmente pero, en el momento de hacer la suerte, se le echa la muleta a la cara, para tapársela y dejarle ciego por un instante, en vez de al hocico para que humille y descubra el hoyo de las agujas. Al mismo tiempo que le tapa la cara se echa fuera del pitón derecho a toda velocidad, de tal forma que se traspasa rápidamente la altura de la punta de dicho pitón y una vez tras la pala se gira el cuerpo hacia el toro, se da un saltito y se busca la cruz con la punta de la espada, empujando con todo el cuerpo tras ella. Muchas veces se pierde la muleta, pues al saltar y clavar se omite su visión al derrotar el toro en ella.

Todo esto se hace a gran velocidad, de tal manera que si el toro se revuelve y busca al matador lo más que hará será darle con la parte trasera de la pala del cuerno, pues la punta está delante. Si se acerca demasiado al lateral del toro lo más probable es que la estocada quede perpendicular y si no puede acercarse demasiado entonces la estocada puede quedar atravesada y contraria, con el peligro de que le haga guardia. Es algo parecido a poner banderillas al sobaquillo, una vez traspasadas las puntas.

Según mi opinión, el JULIPIÉ es otra ventaja o truco más del toreo moderno, que siempre busca nuevas suertes basadas en el alivio, en disminuir el riesgo, nunca en aumentarlo. No obstante, vista la gran efectividad que consigue Julián López “El Juli” ejecutando el volapié con esta variante, quién sabe si en el futuro será un clásico, una manera de volapié con el nombre de su inventor. Es un invento heterodoxo de Julián aunque lo consideramos un alivio de la ortodoxia del invento de Costillares para matar a los toros parados, cuando hasta entonces siempre se mataba en la suerte de recibir”.