SICAYA. Tarde completa de Toros. Decencia y Vulgaridad.

Plaza de Toros de Sicaya. 6 Toros bien presentados y parejos de Checayani para los matadores Cristóbal pardo (Colombia), Francisco Javier Corpas (España) y Juan Carlos Cubas.

SERGIO TAPIA HELFER

Reviso el diccionario y busco la palabra decencia: “Respeto exterior de las buenas costumbres o las convenciones sociales. Dignidad de los actos y en las palabras. Recato, honestidad, modestia”.Eso observamos, rescatamos y aplaudimos en Sicaya, del matador de toros Francisco Javier Corpas.

El matador español, luego de su primer toro, que se cayó por falta de fuerzas en las manos, en el tercio de muleta y por falta de calidad. Tuvo que dar la vuelta al ruedo porque el juez le regaló una oreja, sin concretar faena. Apenas si ganas y vergüenza torera. Muy protestada por el PT10 presente, organizadores de la corrida y algunos asistentes con mínimas nociones taurinas. Sin embargo la vuelta al ruedo se convirtió en aplausos a rabiar para Corpas, pues el matador tiró la oreja. Eso se llama honestidad.

Ya en su segundo toro, que fue un poquitín mejor, aunque el animal no tenía ni un pase, le sacó el jugo. Corpas lo entendió, primero le hecho la muleta baja y lo remataba por alto para que no se caiga. Eso se llama conocimiento del toro. Pase por pase le sacó faena. Sacó tres muletazos hondos que bastaron para demostrar que estaba dominando la situación con cabeza, valor y decencia torera. Sin llegar a cuajar nada extraordinario se ganó una orejita a pulso. Apéndice que peleamos con bronca al inepto del Juez de Plaza, que no quería sacar el pañuelo blanco.

Mas temprano antes de la corrida, me acerqué al español y le dije: “un gusto matador. Nosotros somos del PT10, venimos de Lima para ver la corrida. Nos gusta el torero puro. Citando y mandado para atrás el trapo. Sacando la femoral”, abrió los ojos y sorprendido me dijo: “que bien. Trataremos de gustarme y después para el público”. Ya después de la corrida le dije: “según Paula dice, lo que vale es la intención” y por eso lo aplaudimos, honestidad. Además demostró que tiene cabeza, aunque la mayoría de pases fueron al hilo del pitón y otros fuera de cacho. Por ello calidad no hubo en su faena, calificamos en todo momento la intención de no aliviarse.

La otra cara de la moneda fue el colombiano Cristóbal Pardo. Busque igualmente en el diccionario la palabra vulgar y en una de sus acepciones dice: “no tiene especialidad en su línea”. En otras palabras no sabe torear.

Y ojo, esto es una crítica totalmente taurina. No tengo nada contra este matador pero su toreo fue totalmente vulgar. Con el capote mejor que con la muleta. En su primero dio mil pases y si uno fue regular es mucho. Estuvo desacertado con el estoque. Su segundo toro, fue el toro de la tarde y de muchas tardes. Debieron darle vuelta al ruedo. Animal que peleó en varas, y siguió con la boca cerrada hasta que murió. Con calidad, humillaba con fuerza y de largo. Lastima que este tipo usa los codos para cortarle la embestida al toro. No usaba la muñeca ni el brazo largo que tenía, sus muletazos eran horribles, sin arte. Trapazo, tras trapazo. Otros mil pases en el cuarto animal, y ni medio le salió bien. Esto señores fue la mejor clase del toreo vulgar que he visto últimamente.

Y no creo estar faltando el respeto al matador, quien con valor se pone en una plaza de toros. Sin embargo el cobra un dinero por mostrar sus cualidades. Y además por ser extranjero la exigencia debe ser mayor, sino para que lo traen. Así que este colombiano Pardo no pasó la valla ni siquiera de la decencia y sin argumentos se llevó dos orejas que le regalaron. Para colmo, las celebró como triunfo. Ese juez estaba en la calle.

Finalmente el peruano Cubas, en su tierra, con todo a favor, hasta el público entregado por su sola presencia que le aplaudía todo lo bueno y lo malo, repitió la faena que hizo en Acho el año pasado. Muy a la mexicana, pase por pase. Cortándole emoción a la embestida del toro y aveces monótono. Pero con mucha valentía y decencia torera. Cruzándose al pitón contrario con bastante conocimiento del toro. Ha encontrado su estilo de torear. Personalmente no me levanta del asiento pues pocas veces saca la pierna contraria y abusa del medio pase. Sin embargo le bastó con su valentía, pues se mete mucho en la cara del toro, arrancar una oreja el primero. Al segundo apenas si lo pudo matar por falta de luz. Se quedó con las ganas de más.

Para terminar esta crónica de Sicaya, felicitar a los organizadores pues de las corridas de provincias, se nota que hay un grupo de taurinos conocedores y honestos. Pues cuajaron una tarde de toros donde hubo aplausos, broncas. Ráfagas de buen torero, picadores decentes y pegando como se debe. Una plaza impecable, espero que sigan organizando cosas así bien hechas. Desde el PT 10 los apoyaremos. Solo hay que corregir el Juez e ir educando a los espectadores que tirar botellazos a los picadores se sanciona. Si el próximo año corrigen eso, estarán a la altura de una plaza muy seria y respetable. Van por buen camino, sigan así.