Peña Taurina Tendido 10

miércoles, 7 de abril de 2010

VOLVER AL TORO

En el debut de los “Liceos Taurinos”, la Peña Tendido 10 presentó gracias a Afición-Perú una programa de TVE muy interesante donde vimos sentados al periodista Moles, al maestro Antoñete, al ex matador Manuel Caballero, al empresario Jose Luis Lozano y el crítico taurino Jose Luis Benlloch, discutiendo diversos temas de la Tauromaquia. Se armó una tertulia muy interesante, donde tocaron muchos puntos importantes: como la importancia del primer tercio, costumbres que se han ido perdiendo, la importancia de citar de una manera correcta, entre otros temas, pero quería enfocarme en uno muy importante: “EL TORO”.

En aquella tertulia escuchamos claramente del empresario y ganadero Lozano, la distinción entre nobleza y docilidad (sinónimo taurino: mansedumbre).

Lo más resaltante es que todos coincidieron, incluso Manuel Moles, en que el “toro actual”, es decir el toro buscado genéticamente y mediante la selección del ganado a través de los años, a devenido en un toro que ha reemplazado la nobleza por la mansedumbre. Todos coincidían que la nobleza no es la antitesis de la bravura, es más se complementan y son pilares fundamentales de un buen toro junto con el trapio. Sin embargo, y lo vemos desde hace mucho, incluso en la ganaderías en Sudamérica, este condimento ha indo inundando la cabeza de muchos ganaderos y ahora es la “moda”, moda que más parece un cáncer hecho metástasis que está acabando con el Toro.

Analicemos los hechos que confirman este problema. En primer lugar asistimos a una fiesta llamada Tauromaquia, no Humanomaquia. Todos decimos sin pensar cuando caminamos a la plaza: “VAMOS A VER TOROS”, nadie dice vamos a ver “toreros”, aunque en la realidad sea contraria para muchos. Ahora, estos animales son criados por los ganaderos y estos cobran a cierta cantidad de dinero por este servicio.

Luego entran a tallar los toreros, seres humanos especialmente dotados de ciertos conocimientos, además de técnicas que solo pueden ser dominados con mucha práctica y algunos pocos además dotados de genialidad. Sin embargo confluyen también las naturales reacciones humanas de querer enfrentarse a un animal menos peligroso, y además que le pueda permitir desarrollar mejor su oficio y salir triunfantes todas las tardes para que la próxima puedan cobrar un poco más.

Entonces surge ahí el “arreglo tácito” de las figuras amparadas en el marketing y en los miles de dólares que generan, y que fueron ganando terreno a través del tiempo. Ambos, torero y ganadero impusieron en las principales plazas del mundo un tipo de animal más fácil de lidiar, más dócil, más sumiso, más repetitivo, monotono, e incluso aburrido para muchos aficionados.

Obviamente el ganadero que ha caído en este juego, pues tiene un interés económico de vender sus reces cada vez a mayor precio. Y escoge el ganado que más le convenga a estos matadores para lucir sus artes. Y ellos obviamente exigen torear ciertas ganaderías que conocen mucho o que tiene la procedencia que ellos prefieren.

Sin embargo en el mismo video el empresario Lozano admitió que esta práctica, que nadie ignora y que muchos callan, y ahora cito textualmente, “muchos se dieron cuenta que se les paso la mano, la gente en los tendidos se dio cuenta y ahora están volviendo para atrás. Aunque será muy difícil”. Hasta aquí simplemente relato conclusiones del video y hechos por todos conocidos.

En mi opinión, será difícil el cambio por tres motivos, en primer lugar porque las figuras por intermedio de sus apoderados seguirán poniendo presión a empresarios y ganaderos. En segundo lugar el aficionado ha aprendido a ver este tipo de toro, y creen que esto es lo único que hay.

En el tercer lugar el mismo aficionado se aburren ante un Miura, no entienden un Victorino, y creen que es un demerito lidiar de piton a piton. Solo quieren ver al “toro artista”, tres pases cambiados, cuatro redondos iguales, tres tandas de naturales y un arrimon al toro para hacerlo pasar por delante y por detrás mientras los pitones tocan la taleguilla y este toro ni siquiera “calmochear”, y eso que ya ni los pican, apenas picoton.

Como conclusión de este comentario muy personal, es que siga adelante esta fiesta tan bonita con el “toro artista”, que a veces incluso a mí me emociona. Pero no hay que perder de vista este péndulo que ya está volviendo de a pocos, y los aficionados están volviendo a apreciar al Toro, verdadero rey de la fiesta, pues si no realmente le daríamos argumentos a los anti-taurinos, pues si el hombre es centro del espectáculo seria indefendible.

SERGIO TAPIA HELFER

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