JUAN MORA. VOLVIO UN TORERO; CUANDO LA FIESTA ESTA HUERFANA

FUENTE: http://malakaespa.blogspot.com/2010/10/la-importancia-del-estoque-de-verdad.html


LA IMPORTANCIA DEL ESTOQUE DE VERDAD
Por Francisco Picornell

Plaza de Toros de Las Ventas
Dos de Octubre del 2010

Seis toros de Torrealta, bien presentados, de buen juego. Uno de Martín Lorca, lidiado en tercero bis.

Juan Mora.- Dos orejas. Oreja.

Curro Díaz.- Saludos desde el tercio. Oreja.

Morenito de Aranda.- Silencio. Oreja.

Todo lo que se le hace al toro, va encaminado a prepararlo para la muerte. La faena de muleta es el último acto de la representación. De ahí que el torero deba ir con el estoque de verdad para que, en el momento de que el toro pida la muerte, dársela. De tal guisa que resulta un “contradios” el que el matador pare la faena para ir a recoger el estoque.

Hoy Juan Mora ha dado una clase práctica de lo que digo, sobre lo importante que es que el matador, cuando tocan a matar (obsérvese que tocan a matar no a muletear), debe ir provisto del estoque de verdad. Cuando ha visto que era el momento adecuado, montó la espada y se tiró a matar.

Me ha gustado hoy Juan Mora, con sus defectos, de los que hablaré, y sus virtudes.

Al que abrió plaza, le inició la faena doblándose bien para las afueras. Luego, con la derecha metió pico muletero y las series muy cortas. Con la izquierda dio dos naturales muy lentos, otros muy largos pero citando con la muleta retrasada. Buena estocada. La faena fue la justa y, como dicho queda, entró a matar cuando vió que era el momento, sin mas trámite. Sin esos pases de cara a la galería que suelen dar todos los diestros para ganarse un aplauso fácil. Cobró una buena estocada. Dos orejas. Me perecieron excesivas las dos orejas. Una, creo que era la justa.

Inició la faena al cuarto con unos recortes muy toreros. Una tanda buena con la derecha para seguir con otra abusando del pico. Con la izquierda dos naturales, especialmente uno muy lento y largo. Estocada contraria. Oreja.

La faena duró cuatro minutos de reloj, lo que demuestra que para cortar orejas no hay que dar cien pases y estar delante del toro veinte minutos por muy catedrático que sea.

No sé si esta última oreja era o no justa. Por petición si lo era, por la faena…….no sé. Indudablemente hizo derroche de torería, cosa de la que también estamos ayunos.

Curro Díaz, no me gustó. Al segundo, inició la faena por alto y dejándose enganchar el engaño. Bailaba entre pase y pase y así no se puede ligar la serie. No obstante sí ligó una bajándole la mano para seguir acelerado. Con la izquierdas despegado hasta que el toro se rajó y se fue a tablas donde se echó la muleta a la derecha para dar otra serie con enganchón del engaño y metiendo pico. Media estocada contraria. Saludos desde el tercio.

Era parado el quinto, Curro empezó desconfiado, bailando y tocándole el engaño. Acto seguido le daba los pases de uno en uno y sacando el culo, muestra evidente de su desconfianza. Recurre al arrimón para terminar con una serie con los píes juntos. Buena estocada, eso sí. Oreja.

Morenito de Aranda lidió, en tercer lugar como sobrero uno de Martín Lorca, toda vez que el de Torrealta dio síntomas de estar descoordinado como nos sucede a muchos.

Era soso el toro y también el torero, rivalizaban en sosería los dos. Con la derecha no ligaba las series y bailaba mucho entre pase y pase. Es decir, que le perdía un paso. Mantazos sin gracia alguna. Termina de pegapases y aburrido. Media estocada desprendida. Silencio.

Lo mas importante que le hizo al sexto de la tarde fue construir la faena con la izquierda. Son de destacar dos naturales muy lentos y terminando abajo, luego en otra tanda otro, siguió con enganchones. Siguió bien con la siniestra mano, siendo de resaltar que se cruzaba, que nunca se alivió. Buenas trincherillas para terminar. Oreja.

Hoy me he entretenido viendo la corrida. Ya sé que el Sr. Malagueto, cuando lea esto, se preguntará si estaba el escribano bebido, si he perdido el poco razonar que me queda. No, ni he perdido el razonar, ni he devenido inocente, ni he bebido, ni el enano, tu “amigo”, me ha maldecido. Que yo sepa.

Un saludo.