Fuente: http://torosgradaseis.blogspot.com/2010/10/la-que-nos-estan-liando.html
ENVIADO POR: Wilfredo Quiroz Campana (Bachiller en Medicina Veterinaria 01986011695)
Desde hace tiempo se ven unos oscuros movimientos entre el taurineo, que tienen su reflejo en la visita que los siete magníficos cursaron a la señora Ministra de Cultura, aficionada a los toros según ella misma reconoce, pero que no dudó en cuanto pudo en ponerlos en el felpudo de su despacho mirando a las cámaras, mientras ella iba a atender a un pato que tenía en el horno. Como desplante después de una faena de aliño, ¿no se me negará que no estuvo cumbre la señora Ministra? Aunque viendo la poca boyantía y falta de casta de los susodichos, tampoco es para tirar cohetes.
Pero otra cosa no tendrán estos jóvenes maestros, pero a poco sentido de la realidad, poca personalidad y descaro no hay quien les gane. Ellos salieron más feliz que una perdiz y se plantaron delante de la prensa encantados de haberse conocido, sin dar mi un argumento del motivo de su visita, ni del resultado de ésta, sólo tenían una cantinela que iban repitiendo como una salmodia que atornillaba las sienes del aficionado: ¡Qué nos pasen a Cultura, qué nos pasen a Cultura, qué nos pasen a Cultura, qué…! Esa era toda su preocupación. Les importa un pito eso de que parezcan abusones de barrio con el toro que les echan cada tarde, les importa un pito que el aficionado esté harto, que no aguante más y que cada vez acuda menos a las plazas, les importa un pito que el aficionado no quiera verlos ni en pintura, a pesar de ser las figuras del momento, que la media de edad de los asistentes a las plazas empiece a superar el medio siglo, que se haya convertido en un espectáculo que no atrae a los jóvenes, que sea un espectáculo arrinconado por los medios de comunicación públicos y privados y que cuando se ocupen de él sea para decir que a los toros se les droga, que los toreros organizan excursiones multitudinarias por los clubes de carretera, que hay no sé cuántos matadores que son homosexuales o que un empresario apoderado abusa sexualmente de los jóvenes que se quieren abrir camino, todo les importa un pito, sólo les preocupa una cosa ¡Qué nos pasen a Cultura! Y todo lo que son capaces de argumentar, es que les ponen muchas multas y que las tienen que pagar.
Y ahora, tan animados como andan ellos y tan crecidos después del éxito de la visita a la señora Ministra, piden ver al Ministro de Interior, ¿para qué? ¿Para decirle que les tiene esclavizados y que les dejen marchar a ellos y a su pueblo bajo pena de siete plagas sobre la fiesta? ¿Pero qué más plagas nos esperan? Perdón, esta pregunta sobra, porque seguro que si no las encuentran, se las inventarán en contra del aficionado. Ellos siguen por su carril, llevándose por delante lo que haga falta, con el único fin de poder hacer lo que les dé la gana y seguir con el fraude y la corrupción con la coartada de favorecer su arte; cómo si algunos supieran lo que es eso del arte.
Miren si les creo incapaces, que tengo la sensación de que no tienen ni idea ni de lo quieren, ni mucho menos de lo que piden: Viven en una ceguera muy bien tejida por el mundillo que les rodea, por los ineptos que no pudieron vivir de los toros y pretenden vivir de ellos, por los que dilapidaron su crédito su fortuna y quieren seguir viajando en primera, por la prensa afín que si hace falta cambian hasta la historia y les convierten en los semidioses que se creen que son.
¿Alguien cree que estos señores sean capaces de convencer a alguien de algo? Y mucho menos ¿alguien cree que sean capaces de defender la fiesta y olvidarse de sus propios e inmediatos intereses? Pero como si algo puede ir a peor, no tengas ninguna duda de que empeorará, da la sensación de que las autoridades competentes no tendrían demasiados inconvenientes en ceder a sus pretensiones, básicamente porque a parte de las autoridades competentes la fiesta les importa un pito y si sus protagonistas la quieren sacrificar, pues allá penas, ellos sólo se limitaron a hacer caso a los profesionales.
Puede que haya quien me diga que no soy justo y que trato por igual a los siete autoproclamados portavoces del mundo de los toros, pero si se han prestado a esta farsa, son tan responsables como el primero, porque si están ahí es porque están de acuerdo con esta petición de institucionalización del fraude. Bien fácil lo habrían tenido para declinar la invitación y aguantar la posible censura de sus compañeros y las posibles consecuencias que podrían ocasionarse con su postura. Pero entonces nos enteraríamos de muchas cosas que ahora sólo sospechamos, pero que nadie se atreve a denunciar. A lo mejor sería oportuno un cisma para ver quien se coloca a cada lado de la línea de la honestidad.
Cada una va a lo suyo y a sacar tajada en su propio beneficio. ¿Quién espera que esa comisión de expertos sirva para algo bueno? ¿Qué expertos van a constituir esa comisión? Será llamado algún aficionado para hacer oír su voz, pues no evidentemente. Los llamados serán prestigiosos ganaderos muy del gusto de la prensa del movimiento y nada del gusto del que paga, apoderados/empresarios/ valgo para todo con una idea muy clara del negocio, algún aficionado insigne que sepa como nadie alabar a los semidoses de turno, a los “punzantes” miembros de la prensa especializada y al sector de los matadores, activos y retirados, afines al movimiento taurino postmodernista. Si hay opción entre elegir a Manuel Caballero y Andrés Vázquez, lógicamente se nombrará a Caballero, y entre Antoñete y Pepe Luis, pues Antoñete, y si tragan con alguno será con el díscolo Esplá, para que nos vamos a engañar. O incluso lo más probable es que los más espabilados se autoproclamen expertos y se presentarán ante la Corte Celestial si hace falta, para reivindicar sus peticiones, de la misma forma que ya lo han hecho los “Siete Magníficos”. De lo que no creo que haya duda es de que el tufo que da todo esto es de que nos la están liando y bien liada.
PD: No quería dejar pasar la ocasión de reproducir las opiniones de Simón Casas, prócer y adalid del taurinismo, sobre don Joaquín Vidal. En otro momento habría dedicado un comentario propio a estas palabras, pero ese ya llegará, de momento monsieur Casas se retrata él solo:
"El aficionado tiene derecho a criticar. Pero amando siempre a la Fiesta de los toros. No destruyéndola. Y voy a hablar claro. Hay un periodista que tiene una placa en la plaza de toros de Madrid que ha dedicado toda su vida en El País a decir mentiras para destruir la fiesta de los toros. Que Dios tenga su alma en el cielo. Que como aficionado fue nefasto".
Y ni tan siquiera se ruborizó. Don Joaquín, perdónalos, porque no saben lo que hacen, ¿o sí?
Interesante el artículo,pone en claro la maniobra de estos desahogados del toreo.
ResponderEliminarRespecto al comentario de Simón Casas sobre el gran crítico Joaquin Vidal Vizcarro,es de juzgado de guardia,debe empezar por no hacerles el"tocomocho"a sus paisanos,con los carteles que presenta en las plazas que regenta.Propias de un zarramplín y cantamañanas.
J.Vidal.V.ejercía la crítica taurina para el aficionado,más no para los apandadores del toreo.
Peña Taurina de Santa María de Surco.
Bien por el artículo.Los 7 van a lo suyo a ciscarse en la afición.
ResponderEliminarLa fiesta se salvará mediante el regreso de la autenticidad y la emoción del toro íntegro.
Las llamadas figuras,son las que están obligadas a torear el toro con fortaleza,edad y en puntas,no el torucho del fraude.
La exigencia siempre ha sido un signo de grandeza.A lo largo de la historia,las figuras han sido vigiladas con lupa por la afición.
Sus triunfos no eran baratos,eran de ley.
El toreo actual carece de emoción.La casta es molesta para las llamadas figuras,ellos exigen nobleza,y el toro que solamente es noble es tonto.Ellos son los que más daño hacen a la fiesta,con sus ventajas y sus trampas están maltratando un arte del que viven.
Ese Casas,que como empresario se deja imponer el toro,en las plazas que regenta,como Málaga,Valencia,Alicante y Nimes.Le sale lo máncer al hablar de J.Vidal.V.,que denunciaba hace años el fraude y no para destruirla,advertía lo que se venía en la fiesta,eso hay que reconocerlo.
La Morería de Surco.
Sobre lo comentado por el impresentable mercader Casas, hay que decir que tiene la suerte que el fallecido don Joaquin Vidal Vizcarro no le va a contestar,con mejores palabras, y más nivel intelectual.Seguramente le hubiera puesto a parir con verdades monumentales que desnudarían una vez más las miserias del taurineo actual, del cual el susodicho trincon, es digno representante.
ResponderEliminarLo cierto es que el tal Casas poco puede presumir en esto de la defensa de la fiesta, ya que él lo que más hace es defender la suya, es decir la "fiesta circo", que tambien es la que defienden los 7 Magníficos del apocalipsis de la tauromaquía que no saben ni lo que se proponen a no ser que solo se les afecte con el 8% del IVA, es decir sólo defiende su pasta.
Joaquín Vidal, haciendo el papel de periodista y crítico que le correspondía, analizaba y censuraba lo que veía, que no es la labor que ahora hay que buscar con lupa en el periodismo taurino,sino sólamente comparen las estupideces que el Fenicio Molés balbucea en sus alucinantes programetes.
Joaquin Vidal no destruía la fiesta como dice el tal Casas, sino que advertía clara y sinceramente de los males que la aquejaban, con clara intención constructiva. Eso era amar la fiesta de los toros, por el contrario no amarla es programar festejos taurinos sin la presencia del TORO TORO, que es lo que hace el que se autoproclama “salvador de ella”.
Ese tal Casas no tendrá nunca ese azulejo, en la Plaza de Las Ventas. Y si así fuera no lo sería a propuesta de los aficionados. Joaquín Vidal es un orgullo para quienes amamos la literatura y Verdadera Fiesta, no la "fiestecita circo" de la que lucra este pobre, triste y miserable mercader llamado Simon Casas.
POCHO PACCINI