RAFAELILLO EN MADRID

SERGIO TAPIA HELFER

Desde chico escuché, que un gran torero saca relucir sus mejores argumentos siempre. Estos argumentos no necesariamente son redondos tras redondos, natural tras natural. Eso lo elevaría a un “pegapases”. Y de esos la actualidad tiene muchos, incluso figurones llevados a la inmortalidad. Muchas veces el toro tiene su viaje, su carril y pasa igual, ponerle el trapo adelante no es torear, ni aquí ni en la China. Lástima que algunos griten ole, aunque personalmente me inclino por gritar oye.

Pues bien, ayer domingo en la cuarta de abono de Madrid, el cartel me interesaba mucho. Por dos motivos, se presentaban toros de Dolores Aguirre y toreaba Rafael Rubio “Rafaelillo”. Uno de esos maestros reconocidos por los verdaderos aficionados, justamente los que critican a los Ponce, Juli, Castella y compañía. De todos esos llamados figurones del torero, disfrutamos cuando se puede, pero felizmente el mundo del toro es más rico que ese torero de calco con toros “bobos”.

Y por qué Rafaelillo no es igual a los figurones, el mismo lo responde en la pagina taurina Burladero.com, en una entrevista de hoy hecha por aficionados: “empecé a entrar en las ferias con estas corridas de toros porque era la única posibilidad que tenía. Se puede ser figurón del toreo en él, como el Maestro Ruiz Miguel. La aspiración es tratar de ser el mejor en el circuito que me toque”. En resumen, no tuvo padrino que lo lleve a Madrid, porque la calidad sin duda existe. Miren a Luque, aun no ganó nada y ya se encerró con seis toros en Madrid hace pocos meses. Resultado un desastre por cierto, pero ya es la nueva figurita del mundo del toro.

Pues bien “Rafaellillo”, ayer domingo nos enseñó varias cosas. En primer lugar que tiene argumentos, además de pelotas para sacar adelante corridas duras (Miuras, Victorino antes de la debacle, Hernández Pla, Cebada, Celestino Cuadri, Dolores Aguirre, Palha, etc). Todas ellas ganaderías muy diferentes, en estilos y comportamiento. Muy distintos por sus procedencias, encastes y selecciones. Lo único que comparten es que son toros muy difíciles y cualquiera no les saca algo.

“Rafaelillo”, no solo les saca algo, les saca faena. Y de que manera, respetando los cánones del toreo, se para, tiempla, carga la suerte y manda. Como consecuencia se liga. Y nos detendremos en esta reflexión hecha por Domingo Ortega hace muchos años. “Bien entendido que cargar la suerte no es abrir el compás, porque con el compás abierto el torero alarga, pero no se profundiza; la profundidad la toma el torero cuando la pierna avanza hacia el frente, no hacia el costado. La mayoría cree que parar, templar y mandar es esperar a que los toros vengan a estrellarse en el objeto, sin que el torero se mueva; esto es un error, porque si te paras, no puedes templar, y mucho menos mandar. Los toros, cuando más tienen que parar, templar y mandar es cuando más fuerza tienen, y es muy curioso que hoy, que se torea mejor que nunca, según tantísimos aficionados, son muy pocos los toros que se torean con el capote. ¿Y por qué, si se torea mejor que nunca? Pues sencillísimo: porque no se ponen en práctica los conceptos que definen estas normas; por lo tanto, no se torea, se dan pases; eso sí, muchos pases”. Esto lo dijo en el año 1950, imaginen lo que diría ahora.

Rafaelillo justamente nos enseñó ayer que en Madrid, también se puede hacer esto, también se puede triunfar y ser un figurón del toreo, como lo hicieron los grandes toreros, con TOROS. A este tipo de animal no se le puede hacer otro tipo de lidia, sino pasará lo que les pasó a los otros dos matadores en la misma tarde de ayer, que por falta de experiencia y recursos no pudieron con los toros e incluso uno termino en la enfermería con una fuerte cornada. Estos toros te piden las credenciales si no afuera, caminando pitado o a la enfermería.

A ver si alguien puede hacer tres redondos, traerlo entre la taleguilla, con pases cambiados. A ver si les aguanta el cambio, o ponerse en los terrenos del toro ante este animal que desarrolla sentido inmediatamente y con la fuerza de arrollar dos caballos a pesar de tener dos puyazos muy largos, y un tercero inclusive, como fue el sexto de la tarde. Los de ayer eran TOROS.

Pero donde radica la diferencia de Rafaelillo, pues en lo que justamente Domingo Ortega comenta, citar de frente sacar la pierna para cargar la suerte es poner la femoral delante del toro. Eso es la verdad del torero, no lo digo yo lo dice Domingo Ortega.

Eso si arranca un OLE. Yo sentado en mi cama solo, viendo por mi pantallita de internet, me levante a decir OLE, emocionado. Me imagino si hubiera estado en la Ventas. Y cuando no se puede, este sí que sabe lidiar, llevar al toro con las piernas y arrancarle lo que nadie puede. Esos únicos dos o tres pases medio enganchados no por demérito del torero sino porque estos animales generalmente son geniudos y humillar no es su mejor cualidad.

Eso es torero, tener no solo las pelotas para enfrentarse a animales con esa potencia, como los que salieron ayer, sino tener los recursos suficientes para triunfar. Lástima que en el primero el juez estuvo ciego al no ver la faena, el estoque y la pedida mayoritaria, y le negó una oreja muy merecida. Ya en el cuarto toro la faena fue completa. Sometió a “Guindoso” de 528 kilos, por bajo y hasta atrás. Pero no era ninguna perita dulce, por el contrario, era peligroso, con picante. Rafaelillo ahí demostró lo que es cargar la suerte y mandar. Recién ahí podemos decir si ligó para finalmente aplaudir sin parar y arrancarle las orejas al juez. Qué lindo Madrid se rendía ante el verdadero arte. Lástima que el cañón que maneja muy bien, esta vez falló, no dio una buena estocada y perdió la puerta grande.

Al margen de la oreja, nos podemos quedar tranquilos. El día que se acaben las corridas de los “bobos”, en el campo aun quedan Toros. Y aun nacen toreros que fuera de aprender las mañas de la profesión, se dan íntegros, triunfan y son valorados. La verdad del toreo no es ponerse más pegado al toro y salir manchado de sangre, la verdad es torear (pararse, templar, cargar y mandar).

Rafaelillo después de la corrida dijo, “además, ha habido momentos de torear bien, y he podido escuchar los oles de Madrid haciendo el toreo bueno, y eso no tiene precio” y en la entrevista de Burladero.com, a un aficionado respondió, “los valores son la entrega y la pureza. Con la entrega y con la pureza se puede hacer el toreo bello y cada uno desarrollar la tauromaquia que lleva dentro. A partir de ahí es cuando surge la magia. Si no hay entrega y no te olvidas del cuerpo, no puede salir el toreo eterno, el toreo bueno”, enhorabuena. Y esperemos pronto verlo en Acho con Toros.