“Es
que el toreo que yo he conocido eran veinte o veinticinco pases. Las
faenas eran más cortas pero más intensas. Hablo de los conceptos.
Sinceramente, me molesta que haya quien diga, con todos mis respetos y
mi admiración a todos los toreros que hay, que hoy se torea mejor que
nunca. Que hoy se le hacen al toro más cosas que nunca, por supuesto que
sí porque también el toro lo permite. Se ha llegado a una “perfección”
de la embestida del toro. Hemos buscado una toreabilidad tan grande que
quizá el toro haya perdido esa agresividad, que era lo que hacía que
pudieses intentar quebrar a ese toro. Quebrar rompiéndolo, obligándolo”
“No
es lo mismo torear tres toros de diez que ocho de diez. ¿Sabes cuál es
el problema de la Fiesta? Que al aficionado lo hemos ido, si no echando,
sí yéndose. Y hemos ido atrayendo a más público. ¿Qué está pasando
ahora? Que al irse perdiendo el aficionado y el público no tener ese
atractivo, queda un vacío".
“…hoy se da un paso atrás en descargar la suerte, y paso que da uno atrás es paso que da adelante el toro”.
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