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Somos un antiguo grupo de amigos aficionados a la "Fiesta Brava", agrupados en el Tendido 10 de nuestra histórica Plaza de Acho. Desde hace veinte años nos organizamos en la Asociación Peña Tendido 10, con el único afán de: Apoyar y fomentar el desarrollo de los espectáculos Taurinos de acuerdo a la normatividad vigente, a nivel nacional. Representar y defender los derechos de la asociación y sus asociados. Contribuir a la Revalorización de la Feria Taurina del Señor de los Milagros.
miércoles, 21 de marzo de 2012
lunes, 19 de marzo de 2012
FANDIÑO UNA VEZ MAS DEMOSTRO EN FALLAS QUE ESTA EN OTRO NIVEL
FUENTE: http://eltoroporloscuernos.blogspot.com/2012/03/fandino-encendio-la-mecha.html
Una de las principales diferencias entre las ganaderías buenas y las menos buenas sale a relucir cuando les salta el toro malo. La de Ricardo Gallardo es de las primeras, y bien que se notó en el transcurso de la corrida, poca gente se aburrió y los coletas siempre estuvieron que estar ojo avizor con las embestidas de los fuenteymbros. El género, de lo más rescatable del campo bravo hoy y máximo exponente en bravura de un encaste denostado por los sectores más duros de la afición, estuvo por debajo de las altas expectativas creadas en todo momento. Empezando por la presentación, que sin ser malísima, se esperaba mejor, un par lució caritas anovilladas, que les restaba seriedad y lo que es más preocupante, y esto va también para otros hierros que pasaron por Fallas y colocan con mimo fundas a la camada, hubo pitones, dañados y bananeros, no dignos para un coso de primera. ¿Para qué fundas, pues? Por el fielato del caballo pasaron de puntillas y lo más destacable que se pueda escribir sobre ellos, y no es poca cosa, es que mantuvieron el interés, gracias a sus diferentes condiciones: descastados, mansos, encastaditos, bravucones, todas ellas lógicas en la naturaleza del toro, y no de las cabrillas que vemos habitualmente. Una corrida mala de un hierro bueno que posibilitó el triunfo, sin monerías, a los que se pusieron enfrente.
Y enfrente estaba Fandiño, con su contagioso terno verde esperanza, brote verde del toreo clásico, empeñado en hacer una raya en medio entre los pintamonas del arte, y los tíos que se visten de luces para jugarse la pelleja. Pechó con dos garlopos difíciles, con muchas teclas que tocar, que se dice ahora, para apostar y tirar la moneda, que se decía antes, y carajo, vaya si lo hizo. Al segundo bis, Escribiente, que fue a más en la voladora muleta, le enjaretó una faena vibrante, de tu a tu, sin trampas ni cartón, una serie la ganaba Escribiente, aliado con eolo cabrón, y la siguiente tanda el orduñés, empecinado en salir victorioso de ese toma y daca constante que algunos llamamos toreo. Combate a los puntos para el coleta, que paseó por el platillo una oreja.
La nit del foc vino en el quinto, indefinido, ni manso ni bravo y todavía hoy desconozco si fue un toro bueno o del montón, que tuvo la inmensa suerte de caer en las manos de un Fandiño que rompió, y de qué manera, con la monotonía de la dictadura impuesta por el derechazo ramplón. Toreó con la diestra como el mejor con la zocata, con empaque, cargando la suerte, invandiendo los terrenos del toro, pasandóselo cerquita y, a veces, cuando la batalla dejaba un respiro, hasta lento, templado, pero del temple de verdad, el que frena la velocidad de la peluda masa durante el tiempo eterno que el hombre expone las femorales. Se tiró a matar a cara de perro, que es una suerte no escrita en los tratados de clasicismo, pero que permanece tan pura y virgen como la primera vez, hace tropecientos años, que a un hombre se le ocurriese dar, para mayor honra del animal, la muerte más bella que jamás alla existido.
Puerta grande, enorme, para Fandiño y todo el respeto del mundo para Urdiales y David Mora, que cumplieron con creces, con la sobriedad por bandera, sin pegar un mal martinete ni querer quedarse con la peña a fuerza de circulares inversos. Rotundos y firmes con lo que había enfrente, que no eran las hermanitas de la caridad de casi todas las tardes.
A última hora, Fandiño ha encendido la mecha de las Fallas, y quién sabe si la de una temporada en la que podría desnudar la marujona hegemonía de los chicos del jédiez.
La nit del foc vino en el quinto, indefinido, ni manso ni bravo y todavía hoy desconozco si fue un toro bueno o del montón, que tuvo la inmensa suerte de caer en las manos de un Fandiño que rompió, y de qué manera, con la monotonía de la dictadura impuesta por el derechazo ramplón. Toreó con la diestra como el mejor con la zocata, con empaque, cargando la suerte, invandiendo los terrenos del toro, pasandóselo cerquita y, a veces, cuando la batalla dejaba un respiro, hasta lento, templado, pero del temple de verdad, el que frena la velocidad de la peluda masa durante el tiempo eterno que el hombre expone las femorales. Se tiró a matar a cara de perro, que es una suerte no escrita en los tratados de clasicismo, pero que permanece tan pura y virgen como la primera vez, hace tropecientos años, que a un hombre se le ocurriese dar, para mayor honra del animal, la muerte más bella que jamás alla existido.
Puerta grande, enorme, para Fandiño y todo el respeto del mundo para Urdiales y David Mora, que cumplieron con creces, con la sobriedad por bandera, sin pegar un mal martinete ni querer quedarse con la peña a fuerza de circulares inversos. Rotundos y firmes con lo que había enfrente, que no eran las hermanitas de la caridad de casi todas las tardes.
A última hora, Fandiño ha encendido la mecha de las Fallas, y quién sabe si la de una temporada en la que podría desnudar la marujona hegemonía de los chicos del jédiez.
martes, 6 de marzo de 2012
FERNANDO ROBLEÑO: "por eso la fiesta está como está, no existen anti taurinos, los tenemos dentro"
Fuente: http://www.opinionytoros.com/manoamano.php?Id=310
entrevista de Pla Ventura
entrevista de Pla Ventura
FERNANDO ROBLEÑO: EL ESTIGMA DE LA VERDAD |
En el mundo de los toros ocurren cosas muy curiosas; en realidad, yo diría que hechos sangrantes y, Fernando Robleño es el ejemplo de lo que digo. ¿Puede alguien entender que posterguen a este muchacho cuando ostenta el “título”, el admirable título por honroso y cabal, de haber salido tres veces a hombres de Las Ventas y que a estas alturas sea un eterno olvidado de las empresas, genéricamente dicho? Lo dicho no es nada baladí; recordemos que la mayoría de las figuras del toreo, nadie tiene semejante galardón. Qué analice quien deba. O sea que, seguimos diciendo que es el toro el que pone a cada cual en su sitio, que son los triunfos grandes los que fortifican a los toreros; decimos de todo, pero sigue siendo mentira. Aquí no existe otra verdad que la que impone el poder y si éste decide que, por ejemplo Robleño, no entra en los planes de los empresarios, sus triunfos serán siempre papel mojado. ¡Y pensar que un tal Jesulín de Ubrique se hizo rico como torero! Y lo pongo como ejemplo porque el de Ubrique jamás triunfó en Madrid, pero si es cierto que supo triunfar en los programas de las televisiones. Al final, en los toros y en muchas facetas de la vida, ¡suerte que tengas que el saber poco te vale! Robleño una garantía: Oreja en Madrid y con Palha -¿Qué pasaría, matador, si usted se viera anunciado en cualquier plaza con seis toros de Juan Pedro? Se lo pregunto porque, usted, acostumbrado a la guerra impuesta por el poder imagino que, de dicho modo, vibraría usted hasta el infinito. Me haría también mucha ilusión pues le tengo una admiración tremenda y creo que ha pasado a la historia como un gran ganadero, por desgracia o por suerte, estoy encasillado en otro tipo de ganaderías pero donde Juan Pedro Domecq también salen toros bravos y exigentes, a veces siento envidia de mis compañeros. -Cumple usted este año su duodécima temporada como matador de toros, ¿qué lectura saca de todos estos años en el escalafón superior y, mucho más, en su caso, en el escalafón de los tíos machos de verdad? Saco muchas conclusiones de todo este tiempo, he vivido varias circunstancias en mi vida, me costó mucho el primer año y luego me vino una temporada de ensueños abriendo dos veces en el mismo año la puerta grande de Madrid, después fui apoderado por una empresa muy fuerte del mundo taurino y luego he vivido una etapa de bastante dureza en mi profesión hasta que poco a poco estoy volviendo a ganarme la confianza de las empresas, ya que las de los aficionados grandes creo que la tengo hace tiempo. -Yo he tenido la suerte de verle a usted varias veces en Las Ventas y, se lo juro, he pasado mucho miedo al ver los toros que usted lidia. Sinceramente, ¿qué antídoto toma usted para que no le estalle el corazón? Afición, afición y afición, tengo mucha ilusión por conseguir mi objetivo, que es disfrutar toreando y conseguir cosas importantes en el toreo, por mí estaría toreando a todas horas, soy un enfermo y un esclavo del toreo. Aquí le vemos lanceando a uno de Escolar ¡Cómo no! -Tanto usted como El Juli vienen de la Escuela Taurina de Madrid y, Julián se situó en lo más alto pero, ¿de verdad cree usted que El Juli es mejor torero que usted? Si claro que lo es, era un privilegiado en aquella época y lo ha demostrado siendo un gran figurón del toreo, para mí es un espejo, por ambición y por superación. -Su toreo, Fernando, me cabe la certeza de que es usted un puro milagro. Se lo digo porque, ese arte que usted atesora, esa gracia que Dios le ha dado, ¿cómo puede extrapolarla con esos toracos infames que le toca lidiar? Intento de estudiarlos al máximo y de sacarles el máximo partido posible dentro de mi concepto del toreo, claro que me gusta torear bien y despacio por eso cuando un toro me lo permite lo disfruto al máximo aunque sean veinte muletazos. -Si usted me lo permite, sigo creyendo que el mundo de los toros es un mundillo totalmente injusto; no me gusta defender a ningún mediocre, pero me parte el alma que, su caso, por ejemplo, le tengan a usted postergado como si fuera un apestado, con perdón de la expresión. Ha salido usted tres veces por la puerta grande de Las Ventas, amén de otros triunfos sin puerta grande en dicha plaza, un logro que la gran mayoría de las figuras del toreo no han conseguido. Ellos arriba y usted abajo, ¿cómo se entiende semejante injusticia tan macabra? Pues con bastante resignación, efectivamente, y cruzado tres veces la puerta grande una de novillero y dos de matador, me hace tirar para adelante el ejemplo de varios toreros en mi situación y que han sido capaces de ponerse en figuras. Pasando con la derecha por bajo al de Palha -La injusticia de la que le hablo no es otra que, como sabe, pensar que, en el mundo de los toros, para algunos, los triunfos no significan nada y, otros, sin dichos triunfos, lo tienen todo. ¿Dónde radica el mal, amigo Fernando? Hay muchos males en la fiesta, nos tiraríamos hablando un día entero, hay más maleficios que beneficios por eso la fiesta está como está, no existen anti taurinos, los tenemos dentro. -Si lo que usted hace lo pudiésemos extrapolar, por ejemplo al fútbol, usted sería Messi por lo menos. Ahora, como sabemos, se anuncia usted con seis toros de Escolar en Ceret y pensar que eso no se valore, ¿qué más puede hacer usted para que le tomen en cuenta? Me hace una ilusión tremenda, creo que es una gesta importante que de momento ningún torero ha hecho, ni seis de José Escolar, ni encerrarse con seis toros en Ceret, saliendo el toro tan serio que sale. Es una plaza y una afición que le tengo un cariño muy especial, allí he tenido grandes tardes, y considero que en mi carrera aún tengo que hacer algo más especial para que me tomen en cuenta, espero que después del día 15 de Julio mi carrera cambie para bien, y que me sitúe en el lugar que merezco y quiero, haré méritos para ello. -Hagamos comparaciones, matador. En una maratón gana el que más pronto llega; en el fútbol, el que más goles mete; en el tenis, el que más sets gana; así, de forma sucesiva. Equiparado con lo dicho, lo que usted ha hecho en Madrid, sin ir más lejos, es lo que más se aproxima a cuanto le he reflejado. ¿Quiere esto decir que se equivocó usted de profesión? No en absoluto, no me he equivocado de profesión, ser torero es lo más bonito que puede existir y si volviera a nacer sería otra vez torero, el toro es el mayor amigo del hombre y te entrega lo que tú le entregues, estoy convencido de que lo mío está por llegar. Habrá que dominar por bajo a los de Escolar en su próxima cita -¿De dónde saca usted, como otros compañeros, esa fuerza única e invalorable para tener esa paciencia franciscana para llegar a la meta soñada? Como le dije antes de la afición y de la ilusión, y el afán de superación día a día es lo que me hace tener esa fuerza tan grande. -¿Qué siente usted, matador, todas esas veces -que han sido muchas- en que el toro es más alto que usted y lo tiene que matar, además de lidiar e intentar el triunfo? En esos momentos no me fijo en la altura de los toros, intento estar concentrado en su mirada, me fijo mucho en la cara, en los ojos, en su expresión... -¿Qué les diría usted a todos sus compañeros que jamás triunfaron en Madrid y se han comprado varios cortijos? Pues que me den la receta y la forma para podérmelos comprar yo también que es uno de mis sueños. Y se hará necesaria toda su disposición ante esos toros -¿Qué futuro hubieran tenido todos esos toreros que los empresarios se intercambian como si fueran cromos coleccionables? El futuro sería según lo que fueran capaces de hacer delante del toro, lo que no es posible es que toreros que no han triunfado en las ferias estén un año y otro y otro, pero en fin... el sistema está así. -En un mundo justo y equilibrado, como en realidad debería ser el de los toros, con igualdad de oportunidades, ¿qué lugar ocuparía usted ahora en el escalafón? Creo que ocuparía un lugar mejor del que ocupo porque lo primero torearía más y tendría más oportunidades para triunfar. -¿Qué ha sentido usted, Fernando, cada vez -si es que ha ocurrido alguna vez- que le ha caído en suerte un toro llamado comercial, por ejemplo, de lo que lidia El Juli? Yo he triunfado con todo tipo de toros, ahí está escrita la página de mi humilde historia que así lo refleja. -Paradojas del destino, torero, toro grande, dinero chico. ¿Cabe mayor injusticia? Pues no. Y aparecerá todo su descaro y valor como torero como aquí con uno de Escolar -¿Qué planes tiene usted para la presente temporada, al margen de su heroicidad de Ceret? Empiezo el día 8 de abril en Arles con una corrida de Miura y luego después no lo sé, son cosas de mi apoderado Manuel Hurtado, yo estoy concentrado ya en ese día y después Dios dirá. -¿Qué actitud tomaría usted si, mañana, Dios así lo quiera, fuera usted una gran figura del toreo? Pues la actitud que tengo ahora mismo, creo que soy una persona bastante sencilla y no me cambiaría nada, solo que tendría una felicidad grande y que la gente que me siguen y me quieren se iban a sentir muy orgullosos de mi. -Dígame, matador, todo lo que usted quiera añadir para el regocijo de los lectores de OyT. Nada más, creo que es una entrevista bastante completa y daros las gracias por haberme dedicado este espacio en vuestra página, un abrazo muy fuerte. -Muchas gracias y mucha suerte en su andadura |
viernes, 2 de marzo de 2012
LA PT10 EN PROVINCIAS
SERGIO TAPIA HELFER
Los últimos años y desde la constitución de la Peña Tendido 10, nos han ido invitando a una serie de pueblos y fiestas taurinas básicamente por nuestra forma de pensar y de actuar.
Los estatutos de la PT10, dicen claramente, “Apoyar y fomentar el desarrollo de los espectáculos Taurinos de acuerdo a la normatividad vigente, a nivel nacional”.
Por ello cuando respondemos llamadas telefónicas o consultas de comisiones provincianas, alcaldes, o personas de buena fe que sin mucha experiencia, quieren organizar espectáculos taurinos, la PT10 con mucho gusto los atiende. Absolvemos consultas y sin ningún reparo y según nuestra opinión recomendamos desde nuestra visión. Jamás llamamos a nadie para que nos ponga en ningún lugar. El que desea que lo apoyemos, no lo dejaremos solo.
Tenemos ya varios años en ello, y cada vez más son las llamadas y consultas. La PT10 se ha caracterizado por "no casarse con nadie", no le debemos nada a nadie y solo brindamos nuestra humilde pero sincera afición.
Por ello les contaré que nuestro único objetivo de viajar a algunos pueblos es tratar de darle formalidad a los espectáculos que los mismos pueblos se encargan de organizar. Le tratamos de dar toques de afición y además tratar de formalizar sus espectáculos taurinos, pues creemos que la pureza no se riñe con las costumbres de cada sitio. Pueden convivir como lo han hecho por tantos siglos. Nosotros no descubrimos nada con ello.
Pero sin duda hay que distinguir entre lo que es una plaza de 1era como Acho, Chota, Cutervo, solo por mencionar algunas. Y plazas de 2da o 3era. Y esta denominación no es despectiva es simplemente objetiva y apoyada en lo que dice el reglamento taurino. Además del aforo también deben entrar en consideración claramente los servicios que brindan las plazas y sobre todo el tipo de espectáculo que ofertan.
Nuestra única intención cuando colaboramos con alguien es simplemente la formalización de sus espectáculos en todo lo que se pueda. Además de realzar la pureza de la fiesta y ponerla en evidencia.
Hay ferias provincianas, así como Acho, que tienen comisiones o empresarios taurinos, donde se venden abonos, se contratan matadores y ganado de nivel internacional, ahí lógicamente nuestro aporte es otro. La PORRA del Tendido 10, para exigir a empresa, toreros y ganaderos, la pureza de su profesión, mediante los instrumentos lícitos de protesta como son los pitos, las matracas y el cencerro. Ya hemos llevado a Chota nuestra porra y casi nos matan. (Gajes del oficio). Así como hace pocos días también lo hicimos en Colombia, Medellin y Bogotá (muy bien recibidos).
Pero estas plazas no pueden ser medidas de igual manera que plazas de tercera o de segunda con espectáculos taurinos más sencillos. Y que muchas veces son estafados.
En muchas provincias del Perú, los toros son parte de la fiesta patronal. Además de la comida, los bailes, los espectáculos, la fiesta, la orquesta, etc, también es necesario dar una o dos corridas de toros. El pueblo se reparte los gastos, para pagar a los toreros, los toros, y todo lo que respecta al espectáculo taurino.
Los pueblos con mucho esfuerzo llegan a juntar dinero para comprar toros de casta y realizar una corrida formal, y ahí aparecen muchos pseudo-empresarios que los estafan, con el ganado y los toreros. Por ello ahora se ha hecho costumbre que las mismas autoridades del pueblo y sin intermediarios son las que quieren organizar todo, pero su falta de experiencia taurina, los hace cometer errores.
Entonces algunos que conocen nuestra forma de actuar, limpia y frontal. Nuestra forma de pensar, sobre la formalidad de las corridas de toros y su puerza, nos buscan para que los ayudemos. Nosotros no tenemos nada que ver con el espectáculo. Simplemente los ayudamos a poner orden y formalidad.
Nosotros solo vamos donde se garantiza cierta formalidad, toros de casta. Donde hay cuneros y media casta no nos metemos nosotros. Además exigimos picador, muchas veces pedimos micrófono algo necesario para llamar al orden y no tiren botellas a los picadores. (ahí la explicación de por qué en Caraveli el “zambo” Ordoñez se animó a picar, había que salvar la tarde, tras el accidente del picador).
Nosotros en nuestras filas de la Peña tenemos varios veterinarios, así que siempre viaja uno, ello garantiza que el ganado salga en buenas condiciones. Muchas veces hemos dejado de lado toros que a la vista no han estado en condiciones para salir a un ruedo. Muchas veces hemos denunciado a inescrupulosos ganaderos que quien hacer pasar toros de media casta o cuneros, como toros de casta.
Generalmente es nuestra labor exigir un sorteo para los matadores. Y esto que parece una minucia, no lo es, pues es una práctica extendida que queremos erradicar, el que los ganaderos venden sus toros o incluso los “cargontes” compran sus toros para que los toree tal o cual torero. Algo que desdibuja toda la seriedad de la corrida. Pues parte del triunfo o el fracaso de la tarde depende de la suerte. Eso es tan deleznable como lo que hacen los grandes apoderados del Juli, Castella, Ponce, etc.
Sin embargo aquí en estos lugares no se trata de tirarse la corrida atrás. Se trata de darles formalidad, exigir a los toreros y subalternos a cumplir su trabajo profesionalmente. Garantizar el buen manejo de corrales, y el buen estado del ganado. Y finalmente el otorgar los premios a los toreros de una manera ponderada. Ni festival de orejas sin sentido, ni cicatero sin sentido con parámetros de Acho.
Pero es importante, evaluar manejo del capote, una faena que puede tener parámetros más de adorno que es lo que gusta en pueblos, pero que también esté cimentada en naturales bien hechos, y por sobre todo en una estocada bien ejecutada y bien colocada. Todo ello es acercar la festividad a la pureza de una manera aleccionadora y progresiva. No de una manera impositiva y sin sentido.
Incluso es normal que antes y después de la corrida nos quedemos dando charlas a los aficionados. Todo un trabajo de aficionados.
Entonces pues el aporte de la Peña Tendido 10, al que muchos quieren reducir a simples reclamones y reventadores claramente no es verdad.
Por ello como dicta el encabezado de este BLOG, que es resumen de nuestros estatutos:
“Somos un antiguo grupo de amigos aficionados a la "Fiesta Brava", agrupados en el tendido 10 de nuestra histórica Plaza de Acho. Desde hace cuatro años nos organizamos en la Asociación Peña Tendido 10, con el único afán de: Apoyar y fomentar el desarrollo de los espectáculos Taurinos de acuerdo a la normatividad vigente, a nivel nacional. Representar y defender los derechos de la asociación y sus asociados. Contribuir a la Revalorización de la Feria Taurina del Señor de los Milagros”
PADILLA VUELVE ESTE DOMINGO
Compartirán cartel con el diestro José Antonio Morante de la Puebla y José María Manzanares. El torero de Jerez vuelve tras la grave cogida sufrida en Zaragoza.
El diestro jerezano Juan José Padilla reaparecerá el próximo domingo, 4 de marzo, en Olivenza (Badajoz) tras su gravísima cogida del 7 de octubre en Zaragoza y para su estreno ha escogido un traje "verde esperanza y oro", diseñado por Antonio Cabello y realizado por el sastre Justo Algaba.
jueves, 1 de marzo de 2012
Luis González, memoria del toreo de plata
Fuente: http://www.taurologia.com/articulo.asp?idarticulo=1215&accion=
No hay aficionado que discuta la categoría excepcional de Luis González, uno de los toreros verdaderamente grandes entre lo que visten de plata. Se nos fue hace unas semanas, pero su memoria queda viva y su torería vigente. Formando pareja con otro de los grandes, Julio Pérez "Vito", pasearon por todos los ruedos unas calidades rara vez alcanzada.
Fue un auténtico caso excepcional en la historia de los toreros de plata, hasta ser por derecho propio uno de los grandes. Se nos ido para siempre hace unas semanas. Pero en la memoria quedarán siempre recuerdos imborrables de este Luis González, que tantas tardes de satisfacciones taurinas dio a los aficionados. Un ejemplo elocuente: como rememora un buen aficionado, allá por la década de los 50 en una novillada de las del mes de mayo en la Maestranza estuvo genial: lidiando, poniendo toros en suerte, haciendo quites sensacionales, banderilleando.... Tan fenomenal, que al terminar la novillada 50 o 60 personas se echaron al ruedo y lo sacaron a hombros por la puerta de cuadrillas. Y era Sevilla, no una plaza cualquiera.
Pero los habituales de los tendidos sevillanos recordarán la tarde, de hace ya más de medio siglo, en la que se celebró un festival benéfico en el que mataron seis novillos tres grandes de plata: Julio Pérez "Vito", Antonio Luque Gago y Luis González. Le llamaron "el festival de los banderilleros", y fue algo excepcional. El Vito en un toro colocó tres pares al quiebro; los tres en el centro del ruedo, nada de aliviarse en tablas, quedándose parado y saliendo andando marchoso muy despacio de la cara del toro las tres veces. Luque Gago demostró lo que era: uno de los pocos banderilleros al que le servían el 100% de los toros y que tenía toro en absolutamente todos los terrenos y lugares de la plaza; banderilleó a sus dos toros sin dejar que le diesen ni un sólo capotazo en los seis pares. Y Luis González formó una auténtica revolución ¡con la muleta!: dos faenas en la línea típica de César Girón, que aún quedan en la memoria de cuantos tuvieron la fortuna de verlo.
Este Luis González, el torero que siempre quiso ser banderillero, empezó muy joven con su afición. “Que yo recuerde, quise ser torero desde que tuve uso de razón”, recordaba hace años. Su temprana vocación le venía de la arraigada afición que se vivía en su familia. “Un tío mío era camarero, pero camarero de toreros, porque trabajaba en el Pasaje del Duque, en el Casino y en el Kursaal, que eran os sitios a los que siempre iban las figuras, como Chicuelo o Gitanillo, pero también los que empezaban, y a todos los que daba café, también a los estaban tiesos y no podían agar durante el invierno”.
En el ABC sevillano le contaba Luis González a Rafael Moreno --entonces periodista y luego apoderado de figuras—que, en correspondencia a estos favores, “mi tío podía ir luego a todas las corrida y me llevaba con él. Sólo hablaba de toros. La otra parte de la familia también estaba muy ligada a los toros. Mi abuelo tenía lo que entonces se llamaba la Huerta del Lavadero. Allí iba Gallito a matar toros a puerta cerrada para entrenarse. Así se aficionó mi tío y toda mi familia, Por eso sólo oí hablar de toros”.
Pero su vocación siempre estuvo clara: quería ser banderillero. “Veía a los toreros de aquella época y no me atrevía a competir con ellos Eran auténticos monstruos. Cualquier segundón de entonces sería hoy primerísima figura. Por eso ni se me pasó por la cabeza, conociéndome, intentar ser matador. Además, a mi me gustaban mucho las banderillas: el toreo a cuerpo limpio, con los palos en la manos, me figuraba a mí los dioses griegos”.
Con su punto de nostalgia, recordaba Luis que “la primera vez que me puse delante de un becerro fue en un pueblo de Jaén, en Pontones, donde iba a veranear con mis tíos, Tendría 10 años. Pero en plan serio, con 17 años me vestí de luces por primera vez, en la parte seria de una nocturna en Sevilla. Yo actuaba de banderillero y todavía recuerdo el sainete que pegué. Después de aquello ya lo dejé hasta los años 50”.
En este ínterin maduró su vocación y cuando de nuevo lo intenta ya se siente asentado en su decisión: “Fue con una vaca en La Rinconada; allí claro cual era mi camino, supe que iba a triunfar. Tenía 20 años y quise ir más deprisa de lo normal; enseguida me coloqué con Andrés Luque Gago. En aquella época los toros me cogían hasta haciendo el paseíllo. Hasta me aconsejaron que me hiciera mozo de espadas, porque no había manera. Pero me picó el amor propio y tomé la decisión de hacer lo que tenía que haber hecho: empezar por abajo. Por eso me fui a las capes y a torear por los pueblos para aprender el oficio”.
Y aprendido, todo salió como había soñado. Pronto ya entró en la cuadrillas de distintas figuras de la época. “Toreando un día con Rafael de Paula me vio El Vito y como faltaba un hombre para la cuadrilla de Jaime Ostos me llamó. Desde entonces formé pareja con él”.
En primera línea permanece hasta 1976, cuando decide dejarlo. Pro volvió a vestirse de plata, por una razón de amistad y un punto de romanticismo: “Volví para torear con el hijo de Litri, pero lo dejé pronto, sin avisarle a nadie”. Esta fue la retirada definitiva, con la sola excepción que ya tenía prevista: vestirse de torero para formar en la cuadrilla de Litri hijo el día de su alternativa, en Nimes.
Siempre confesó que su maestro en el oficio fue El Vito: “Me enseñó muchas cosas. Siempre fue el torero al que más admiré, porque le andaba muy bien a los toros, le dejaba el par siempre en su sitio y salía muy airoso de la suerte”.
No hay aficionado que discuta la categoría excepcional de Luis González, uno de los toreros verdaderamente grandes entre lo que visten de plata. Se nos fue hace unas semanas, pero su memoria queda viva y su torería vigente. Formando pareja con otro de los grandes, Julio Pérez "Vito", pasearon por todos los ruedos unas calidades rara vez alcanzada.
Fue un auténtico caso excepcional en la historia de los toreros de plata, hasta ser por derecho propio uno de los grandes. Se nos ido para siempre hace unas semanas. Pero en la memoria quedarán siempre recuerdos imborrables de este Luis González, que tantas tardes de satisfacciones taurinas dio a los aficionados. Un ejemplo elocuente: como rememora un buen aficionado, allá por la década de los 50 en una novillada de las del mes de mayo en la Maestranza estuvo genial: lidiando, poniendo toros en suerte, haciendo quites sensacionales, banderilleando.... Tan fenomenal, que al terminar la novillada 50 o 60 personas se echaron al ruedo y lo sacaron a hombros por la puerta de cuadrillas. Y era Sevilla, no una plaza cualquiera.
Pero los habituales de los tendidos sevillanos recordarán la tarde, de hace ya más de medio siglo, en la que se celebró un festival benéfico en el que mataron seis novillos tres grandes de plata: Julio Pérez "Vito", Antonio Luque Gago y Luis González. Le llamaron "el festival de los banderilleros", y fue algo excepcional. El Vito en un toro colocó tres pares al quiebro; los tres en el centro del ruedo, nada de aliviarse en tablas, quedándose parado y saliendo andando marchoso muy despacio de la cara del toro las tres veces. Luque Gago demostró lo que era: uno de los pocos banderilleros al que le servían el 100% de los toros y que tenía toro en absolutamente todos los terrenos y lugares de la plaza; banderilleó a sus dos toros sin dejar que le diesen ni un sólo capotazo en los seis pares. Y Luis González formó una auténtica revolución ¡con la muleta!: dos faenas en la línea típica de César Girón, que aún quedan en la memoria de cuantos tuvieron la fortuna de verlo.
Este Luis González, el torero que siempre quiso ser banderillero, empezó muy joven con su afición. “Que yo recuerde, quise ser torero desde que tuve uso de razón”, recordaba hace años. Su temprana vocación le venía de la arraigada afición que se vivía en su familia. “Un tío mío era camarero, pero camarero de toreros, porque trabajaba en el Pasaje del Duque, en el Casino y en el Kursaal, que eran os sitios a los que siempre iban las figuras, como Chicuelo o Gitanillo, pero también los que empezaban, y a todos los que daba café, también a los estaban tiesos y no podían agar durante el invierno”.
En el ABC sevillano le contaba Luis González a Rafael Moreno --entonces periodista y luego apoderado de figuras—que, en correspondencia a estos favores, “mi tío podía ir luego a todas las corrida y me llevaba con él. Sólo hablaba de toros. La otra parte de la familia también estaba muy ligada a los toros. Mi abuelo tenía lo que entonces se llamaba la Huerta del Lavadero. Allí iba Gallito a matar toros a puerta cerrada para entrenarse. Así se aficionó mi tío y toda mi familia, Por eso sólo oí hablar de toros”.
Pero su vocación siempre estuvo clara: quería ser banderillero. “Veía a los toreros de aquella época y no me atrevía a competir con ellos Eran auténticos monstruos. Cualquier segundón de entonces sería hoy primerísima figura. Por eso ni se me pasó por la cabeza, conociéndome, intentar ser matador. Además, a mi me gustaban mucho las banderillas: el toreo a cuerpo limpio, con los palos en la manos, me figuraba a mí los dioses griegos”.
Con su punto de nostalgia, recordaba Luis que “la primera vez que me puse delante de un becerro fue en un pueblo de Jaén, en Pontones, donde iba a veranear con mis tíos, Tendría 10 años. Pero en plan serio, con 17 años me vestí de luces por primera vez, en la parte seria de una nocturna en Sevilla. Yo actuaba de banderillero y todavía recuerdo el sainete que pegué. Después de aquello ya lo dejé hasta los años 50”.
En este ínterin maduró su vocación y cuando de nuevo lo intenta ya se siente asentado en su decisión: “Fue con una vaca en La Rinconada; allí claro cual era mi camino, supe que iba a triunfar. Tenía 20 años y quise ir más deprisa de lo normal; enseguida me coloqué con Andrés Luque Gago. En aquella época los toros me cogían hasta haciendo el paseíllo. Hasta me aconsejaron que me hiciera mozo de espadas, porque no había manera. Pero me picó el amor propio y tomé la decisión de hacer lo que tenía que haber hecho: empezar por abajo. Por eso me fui a las capes y a torear por los pueblos para aprender el oficio”.
Y aprendido, todo salió como había soñado. Pronto ya entró en la cuadrillas de distintas figuras de la época. “Toreando un día con Rafael de Paula me vio El Vito y como faltaba un hombre para la cuadrilla de Jaime Ostos me llamó. Desde entonces formé pareja con él”.
En primera línea permanece hasta 1976, cuando decide dejarlo. Pro volvió a vestirse de plata, por una razón de amistad y un punto de romanticismo: “Volví para torear con el hijo de Litri, pero lo dejé pronto, sin avisarle a nadie”. Esta fue la retirada definitiva, con la sola excepción que ya tenía prevista: vestirse de torero para formar en la cuadrilla de Litri hijo el día de su alternativa, en Nimes.
Siempre confesó que su maestro en el oficio fue El Vito: “Me enseñó muchas cosas. Siempre fue el torero al que más admiré, porque le andaba muy bien a los toros, le dejaba el par siempre en su sitio y salía muy airoso de la suerte”.
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