Somos un antiguo grupo de amigos aficionados a la "Fiesta Brava", agrupados en el Tendido 10 de nuestra histórica Plaza de Acho. Desde hace veinte años nos organizamos en la Asociación Peña Tendido 10, con el único afán de: Apoyar y fomentar el desarrollo de los espectáculos Taurinos de acuerdo a la normatividad vigente, a nivel nacional. Representar y defender los derechos de la asociación y sus asociados. Contribuir a la Revalorización de la Feria Taurina del Señor de los Milagros.
miércoles, 26 de enero de 2011
Crónica de una vergüenza anunciada
FUENTE:
http://www.elpais.com/articulo/cultura/Cronica/verguenza/anunciada/elpepicul/20100319elpepicul_9/Tes
18 de marzo 2010
CRÍTICA: La lidia FERIA DE FALLAS
Cada vez que se anuncia una corrida de Juan Pedro Domecq en Valencia, es como para echarse a temblar. Es el presagio de un lamentable espectáculo. No fallaron los pronósticos que anunciaban la borrasca. Y así fue. Vistos los antecedentes, no se entiende que la nueva empresa caiga también en la trampa. Es como si la corrida de ayer la hubieran organizado desde las trincheras antitaurinas. No hubiera salido tan mal. Seguro.
De los seis toros que pasaron el reconocimiento los cuatro primeros fueron otros tantos torillos. Con apenas defensas, hechuras de eralotes e inválidos. No se puede pedir más. Si a tal desastre se le añade su empalagosa dulzura, el resultado es obvio. Con esos cuatro toros de sopa boba, jugaron Aparicio, en su lote, y Morante y Cayetano en los primeros de turno. Aparicio, por ejemplo, esbozó con suavidad derechazos con la muleta a media altura. Pero ni por esas. El torete claudicó varias veces. En el intrascendente cuarto sonó la música sin que nadie la pidiera en medio de un trasteo incoloro, inodoro e insípido y con goteo de enganchones. Nadie entendía nada. Posiblemente tampoco hacía falta.
El segundo, de capa jabonera, atropelló e hizo alguna cosa fea con la capa. No prometía futuro para un torero como Morante. Pero el sevillano, decidido, dejó detalles de su personal plástica. Muy estético con la diestra ante un torillo sin entrega. Al natural la cosa no pintó igual. Luego, algún arabesco artístico para dejar al personal más contento que unas pascuas. El quinto, toro de más caja y apariencia, se lo pensó mucho a la hora de ir al capote. Luego manseó en varas. Tres entradas, dos salidas y media de huida. Con todo, al de turno le dio tiempo para dejar al toro picado y muy picado. Y como los artistas no saben engañar, Morante fue sincero consigo mismo. Una colada nada más montar la muleta fue suficiente razón para que el sevillano le quitara las moscas. Macheteo por la cara y a otra cosa, mariposa. Un suspiro le duró ese toro. Montó la espada y adiós muy buenas.
Un tullido más fue el tercero, que dejó a Cayetano mostrar su buen gusto sobre la derecha. Fácil también se le vio. Cuando se echó la muleta a la izquierda se hizo un lío y desistió. En los doblones finales el toro, que sorprendió por su gesto traicionero, se lo llevó por delante de manera espectacular. Nadie esperaba un trance así. Al final del festejo lo trataron en la enfermería de una contusión en un dedo de la mano derecha. El sexto, el otro toro más pasable de tan impresentable corrida y que era el que mejor apuntaba de juego, se pegó un testarazo contra un burladero que acusó para los restos. Cayetano lo intentó pero resultó vano el esfuerzo. No había toro.
DOMECQ / APARICIO, MORANTE, CAYETANO
Toros de Juan Pedro Domecq, sin trapío, sosos y muy blandos.
Julio Aparicio: dos pinchazos y entera (silencio); dos pinchazos, media baja y descabello (silencio). Morante de la Puebla: pinchazo hondo (saludos); dos pinchazos y dos descabellos (bronca). Cayetano: dos pinchazos, entera -aviso- tres descabellos (silencio); bajonazo y descabello (palmas).
Plaza de Valencia, 18 de marzo. Octava de feria. Casi lleno.
http://www.elpais.com/articulo/cultura/Cronica/verguenza/anunciada/elpepicul/20100319elpepicul_9/Tes
18 de marzo 2010
CRÍTICA: La lidia FERIA DE FALLAS
Cada vez que se anuncia una corrida de Juan Pedro Domecq en Valencia, es como para echarse a temblar. Es el presagio de un lamentable espectáculo. No fallaron los pronósticos que anunciaban la borrasca. Y así fue. Vistos los antecedentes, no se entiende que la nueva empresa caiga también en la trampa. Es como si la corrida de ayer la hubieran organizado desde las trincheras antitaurinas. No hubiera salido tan mal. Seguro.
De los seis toros que pasaron el reconocimiento los cuatro primeros fueron otros tantos torillos. Con apenas defensas, hechuras de eralotes e inválidos. No se puede pedir más. Si a tal desastre se le añade su empalagosa dulzura, el resultado es obvio. Con esos cuatro toros de sopa boba, jugaron Aparicio, en su lote, y Morante y Cayetano en los primeros de turno. Aparicio, por ejemplo, esbozó con suavidad derechazos con la muleta a media altura. Pero ni por esas. El torete claudicó varias veces. En el intrascendente cuarto sonó la música sin que nadie la pidiera en medio de un trasteo incoloro, inodoro e insípido y con goteo de enganchones. Nadie entendía nada. Posiblemente tampoco hacía falta.
El segundo, de capa jabonera, atropelló e hizo alguna cosa fea con la capa. No prometía futuro para un torero como Morante. Pero el sevillano, decidido, dejó detalles de su personal plástica. Muy estético con la diestra ante un torillo sin entrega. Al natural la cosa no pintó igual. Luego, algún arabesco artístico para dejar al personal más contento que unas pascuas. El quinto, toro de más caja y apariencia, se lo pensó mucho a la hora de ir al capote. Luego manseó en varas. Tres entradas, dos salidas y media de huida. Con todo, al de turno le dio tiempo para dejar al toro picado y muy picado. Y como los artistas no saben engañar, Morante fue sincero consigo mismo. Una colada nada más montar la muleta fue suficiente razón para que el sevillano le quitara las moscas. Macheteo por la cara y a otra cosa, mariposa. Un suspiro le duró ese toro. Montó la espada y adiós muy buenas.
Un tullido más fue el tercero, que dejó a Cayetano mostrar su buen gusto sobre la derecha. Fácil también se le vio. Cuando se echó la muleta a la izquierda se hizo un lío y desistió. En los doblones finales el toro, que sorprendió por su gesto traicionero, se lo llevó por delante de manera espectacular. Nadie esperaba un trance así. Al final del festejo lo trataron en la enfermería de una contusión en un dedo de la mano derecha. El sexto, el otro toro más pasable de tan impresentable corrida y que era el que mejor apuntaba de juego, se pegó un testarazo contra un burladero que acusó para los restos. Cayetano lo intentó pero resultó vano el esfuerzo. No había toro.
DOMECQ / APARICIO, MORANTE, CAYETANO
Toros de Juan Pedro Domecq, sin trapío, sosos y muy blandos.
Julio Aparicio: dos pinchazos y entera (silencio); dos pinchazos, media baja y descabello (silencio). Morante de la Puebla: pinchazo hondo (saludos); dos pinchazos y dos descabellos (bronca). Cayetano: dos pinchazos, entera -aviso- tres descabellos (silencio); bajonazo y descabello (palmas).
Plaza de Valencia, 18 de marzo. Octava de feria. Casi lleno.
lunes, 24 de enero de 2011
MMMM..... Domecq.... Ponce....
FUENTE: http://www.diariocordoba.com/noticias/noticia.asp?pkid=299277
06/02/2007
EXPEDIENTE POR UN EXTRAÑO SUCESO EN LOS CHIQUEROS DE LA PLAZA DE CÓRDOBA EN LA FERIA DE MAYO
La Junta sanciona a Juan Pedro Domecq por el toro escobillado
Le impone una multa de 3.000 euros por incumplir con la custodia de las reses, una infracción grave. El abandono de las tareas de vigilancia por su representante impidió que se evitarán los hechos.
La Junta de Andalucía ha sancionado con 3.000 euros al ganadero Juan Pedro Domecq por el caso del toro que saltó al ruedo de Los Califas, en la pasada Feria de Mayo, con los pitones escobillados y sangre en el hocico, según informaron ayer fuentes de la Delegación del Gobierno. En el expediente, según las mismas fuentes, se considera probado que hubo abandono de las tareas de custodia de las reses en los corrales de la plaza e impone la multa al ganadero por el incumplimiento de la vigilancia de los toros, de la que es responsable.
La ley 10/1991 sobre espectáculos taurinos, en su artículo 15, punto a, considera como infracción grave "el incumplimiento o cumplimiento defectuoso de los deberes de ... vigilancia de las reses de lidia". Además, según el artículo 33, punto 4, del reglamento andaluz, "el ganadero es responsable de la custodia y permanencia de las reses de lidia desde su desembarque hasta el mismo inicio del espectáculo". Así, apoyándose en estos artículos y habida cuenta que en el expediente se considera como hechos probados que el toro en cuestión saltó al ruedo con "ostensibles daños" en sus pitones "habiendo abandonado las tareas de custodia" el representante de la ganadería en los corrales, la Delegación del Gobierno sanciona a Juan Pedro Domecq con 3.000 euros por infracción grave. La ley prevé para este tipo de infracciones multas de 150 a 60.000 euros.
Chiquero destrozado
Los hechos objeto de expediente y sanción ocurrieron el jueves 25 de mayo del 2006. Aquel día saltó al ruedo en primer lugar un toro de Juan Pedro Domecq con los pitones escobillados y sangre en el hocico --su lidia le correspondió a Enrique Ponce--. La sorpresa del presidente del festejo, Manuel Rodríguez Moyano, y su equipo veterinario fue mayúscula, ya que este animal había sido enchiquerado por la mañana sin ninguna de las deficiencias con las que salió por la puerta de toriles.
Una vez finalizado el festejo, la autoridad acudió a inspeccionar el chiquero y allí la sorpresa fue aún mayor. El presidente y los veterinarios se encontraron el habitáculo lleno de cascotes, derrotes en las paredes, golpes en la puerta y parte de la rejilla del techo estaba desprendida. ¿Qué había ocurrido allí? ¿Existió algún tipo de intervención humana para molestar al toro o se debió a un episodio de estrés del animal que lo llevó a arremeter inopinadamente contra el chiquero? Este último supuesto, eso sí, fue valorado desde el primer momento por los expertos como un caso casi nunca visto.
Corrales sin vigilancia
Rodríguez Moyano abrió entonces una investigación para incorporar toda la información sobre lo ocurrido al acta final del festejo. Así, el informe remitido a la Delegación del Gobierno se acompañó de un reportaje fotográfico de los destrozos del chiquero; del estado de los pitones del toro antes de ser enchiquerado, en el ruedo y una vez arrastrado, y de diversas pesquisas que apuntaban a que en los corrales falló la vigilancia, según explicaron entonces fuentes de la Delegación. El acta recogía que el mayoral de la ganadería se ausentó de los corrales y abandonó sus funciones durante un tiempo indeterminado entre que el toro fue enchiquerado y su salida al ruedo.
Este último extremo era el único demostrable y fue, precisamente, la puerta abierta para que la delegación abriera expediente para establecer algún tipo de responsabilidad y que los hechos no pasaran sin ser sancionados. Ante la imposibilidad de saber qué ocurrió en los corrales, lo que sí se considero indudable es que el abandono de funciones del representante de la ganadería impidió que se pudieran evitar los hechos, tanto si se debió a un episodio de estrés del animal como si hubo una intervención humana, algo en lo que no entra el expediente por falta de pruebas.
Según las fuentes consultadas en la Delegación del Gobierno, Juan Pedro Domecq ha presentado un recurso de alzada ante la Consejería de Gobernación, motivo por el que la sanción aún no se ha hecho firme.
06/02/2007
EXPEDIENTE POR UN EXTRAÑO SUCESO EN LOS CHIQUEROS DE LA PLAZA DE CÓRDOBA EN LA FERIA DE MAYO
La Junta sanciona a Juan Pedro Domecq por el toro escobillado
Le impone una multa de 3.000 euros por incumplir con la custodia de las reses, una infracción grave. El abandono de las tareas de vigilancia por su representante impidió que se evitarán los hechos.
La Junta de Andalucía ha sancionado con 3.000 euros al ganadero Juan Pedro Domecq por el caso del toro que saltó al ruedo de Los Califas, en la pasada Feria de Mayo, con los pitones escobillados y sangre en el hocico, según informaron ayer fuentes de la Delegación del Gobierno. En el expediente, según las mismas fuentes, se considera probado que hubo abandono de las tareas de custodia de las reses en los corrales de la plaza e impone la multa al ganadero por el incumplimiento de la vigilancia de los toros, de la que es responsable.
La ley 10/1991 sobre espectáculos taurinos, en su artículo 15, punto a, considera como infracción grave "el incumplimiento o cumplimiento defectuoso de los deberes de ... vigilancia de las reses de lidia". Además, según el artículo 33, punto 4, del reglamento andaluz, "el ganadero es responsable de la custodia y permanencia de las reses de lidia desde su desembarque hasta el mismo inicio del espectáculo". Así, apoyándose en estos artículos y habida cuenta que en el expediente se considera como hechos probados que el toro en cuestión saltó al ruedo con "ostensibles daños" en sus pitones "habiendo abandonado las tareas de custodia" el representante de la ganadería en los corrales, la Delegación del Gobierno sanciona a Juan Pedro Domecq con 3.000 euros por infracción grave. La ley prevé para este tipo de infracciones multas de 150 a 60.000 euros.
Chiquero destrozado
Los hechos objeto de expediente y sanción ocurrieron el jueves 25 de mayo del 2006. Aquel día saltó al ruedo en primer lugar un toro de Juan Pedro Domecq con los pitones escobillados y sangre en el hocico --su lidia le correspondió a Enrique Ponce--. La sorpresa del presidente del festejo, Manuel Rodríguez Moyano, y su equipo veterinario fue mayúscula, ya que este animal había sido enchiquerado por la mañana sin ninguna de las deficiencias con las que salió por la puerta de toriles.
Una vez finalizado el festejo, la autoridad acudió a inspeccionar el chiquero y allí la sorpresa fue aún mayor. El presidente y los veterinarios se encontraron el habitáculo lleno de cascotes, derrotes en las paredes, golpes en la puerta y parte de la rejilla del techo estaba desprendida. ¿Qué había ocurrido allí? ¿Existió algún tipo de intervención humana para molestar al toro o se debió a un episodio de estrés del animal que lo llevó a arremeter inopinadamente contra el chiquero? Este último supuesto, eso sí, fue valorado desde el primer momento por los expertos como un caso casi nunca visto.
Corrales sin vigilancia
Rodríguez Moyano abrió entonces una investigación para incorporar toda la información sobre lo ocurrido al acta final del festejo. Así, el informe remitido a la Delegación del Gobierno se acompañó de un reportaje fotográfico de los destrozos del chiquero; del estado de los pitones del toro antes de ser enchiquerado, en el ruedo y una vez arrastrado, y de diversas pesquisas que apuntaban a que en los corrales falló la vigilancia, según explicaron entonces fuentes de la Delegación. El acta recogía que el mayoral de la ganadería se ausentó de los corrales y abandonó sus funciones durante un tiempo indeterminado entre que el toro fue enchiquerado y su salida al ruedo.
Este último extremo era el único demostrable y fue, precisamente, la puerta abierta para que la delegación abriera expediente para establecer algún tipo de responsabilidad y que los hechos no pasaran sin ser sancionados. Ante la imposibilidad de saber qué ocurrió en los corrales, lo que sí se considero indudable es que el abandono de funciones del representante de la ganadería impidió que se pudieran evitar los hechos, tanto si se debió a un episodio de estrés del animal como si hubo una intervención humana, algo en lo que no entra el expediente por falta de pruebas.
Según las fuentes consultadas en la Delegación del Gobierno, Juan Pedro Domecq ha presentado un recurso de alzada ante la Consejería de Gobernación, motivo por el que la sanción aún no se ha hecho firme.
jueves, 20 de enero de 2011
Juan Pedro Domecq es uno de los ganaderos más dañinos que ha habido en los últimos 50 años en la Fiesta
FUENTE: http://www.tribuna.net/noticia/29027/TOROS/juan-pedro-domecq-verdugo-muchos-historicos-encastes.html
POR: PACO CAÑAMERO
TOROS
Polémica ganadera
Juan Pedro Domecq, el verdugo de muchos históricos encastes
Cabaña. Actualmente un alto porcentaje de vacadas está formada por sangre procedente de muchos de los saldos que ha vendido a los nuevos ricos y a quienes se hicieron ganaderos con la fuerza del dinero
Última actualización 21/12/2006
Algún día, la familia Domecq, pero sobre todo Juan Pedro Domecq, tendrá que pagar tributo ante la afición y la propia historia después del daño tan inmenso que ha ocasionado a la cabaña brava, tras ‘infectar’ con productos de su ganadería los campos andaluces, extremeños, manchegos y salmantinos.
Tanta ‘infección’ ha propiciado que sangres antes tan importantes como Santa Coloma hoy estén en la segunda división taurina, o lo que es igual, lejos de las ferias donde se hallan la cotización y el prestigio.
Mientras, otras como Coquilla, Contreras, Encinas, Vega Villar... prácticamente se encuentran desaparecidas y su presencia es casi anecdótica, pues incluso muchas de ellas se lidian ya sólo en las corridas de rejones, como sucede con parte de la camada del otrora afamado hierro de Francisco Galache, el mismo que gozó de gran cartel en todas las ferias, e incluso en Madrid se anunciaba en la corrida más importante del ciclo y al que las nuevas modas que trajeron el actual ‘mastodonte’ han retirado de la circulación.
Cambios de sangre
Sin embargo, otras ganaderías de arraigada fama tuvieron que cambiar su sangre. Es el caso de Sepúlveda, que debía retirar sus clásicos productos Contreras, por los más comerciales de Atanasio; Sánchez Fabrés, por Sepúlveda; Javier Pérez Tabernero, por Atanasio, aunque sin perder el encaste San Coloma... o Javier Sánchez Arjona, que decidió irse a los campos andaluces de Lo Álvaro (o ‘Arvaro’, que para el caso es igual) para fundar su nueva ganadería (aunque conservó lo viejo de Coquilla, que lo lidia en novilladas).
Pero la verdadera fortuna alcanzada por Juan Pedro la logró con los nuevos ganaderos, es decir con quienes después de alcanzar un importante capital quieren dedicarse a la cría del bravo. Es el caso de Francisco Medina y su ganadería de El Ventorrillo (hoy propiedad del corrupto Fidel San Román); el constructor Victoriano del Río, Daniel Ruiz o Domingo Hernández... por citar una parte.
Además, la fuerza, influencia y ‘piquito de oro’ de Juan Pedro es tal que pocos de los nuevos ricos que llegan a su casa se resisten, unido a ello el poder social que goza, tanto en épocas pasadas como en las actuales, pues nadie ignora la vinculación de Franco con su familia (a su tío Álvaro lo nombró alcalde de Jerez y más tarde presidente de la Diputación de Cádiz); posteriormente, durante la Transición y el posterior ‘felipismo’ y ‘aznarismo’, Juan Pedro Domecq vivió sus años más importantes –fructíferos, para que lo entiendan– como ‘vendedor’, pues dada la irrupción de nuevos ricos con ansias ganaderas, infinidad de ellos se dirigieron a su finca para comprar vacas y sementales de desecho, a precios de oro.
Todo comenzó porque ese hierro se había puesto de moda, dada la locuacidad y artes chalaneras de su dueño, que aprovechaba cualquier intervención en los medios de comunicación para darle autobombo a su ganadería, algo que ahora tiene ‘solucionado’, pues hasta figura en el ‘sttaf’ de un conocido portal de internet, del que dicen que es uno de los máximos accionistas.
Por otro lado, Juan Pedro Domecq dada su vinculación con la aristocracia sevillana (es conde consorte de Asalto, aunque muchos después de pagar se equivocan con lo de asalto y dicen conde del at...) además de Maestrante de la plaza de toros de Sevilla, lugar donde casualmente, cada año, las ganaderías salmantinas tienen grandes trabas para lidiar sus toros.
Y es que Juan Pedro Domecq es uno de los ganaderos más dañinos que ha habido en los últimos 50 años en la Fiesta.
POR: PACO CAÑAMERO
TOROS
Polémica ganadera
Juan Pedro Domecq, el verdugo de muchos históricos encastes
Cabaña. Actualmente un alto porcentaje de vacadas está formada por sangre procedente de muchos de los saldos que ha vendido a los nuevos ricos y a quienes se hicieron ganaderos con la fuerza del dinero
Última actualización 21/12/2006
Algún día, la familia Domecq, pero sobre todo Juan Pedro Domecq, tendrá que pagar tributo ante la afición y la propia historia después del daño tan inmenso que ha ocasionado a la cabaña brava, tras ‘infectar’ con productos de su ganadería los campos andaluces, extremeños, manchegos y salmantinos.
Tanta ‘infección’ ha propiciado que sangres antes tan importantes como Santa Coloma hoy estén en la segunda división taurina, o lo que es igual, lejos de las ferias donde se hallan la cotización y el prestigio.
Mientras, otras como Coquilla, Contreras, Encinas, Vega Villar... prácticamente se encuentran desaparecidas y su presencia es casi anecdótica, pues incluso muchas de ellas se lidian ya sólo en las corridas de rejones, como sucede con parte de la camada del otrora afamado hierro de Francisco Galache, el mismo que gozó de gran cartel en todas las ferias, e incluso en Madrid se anunciaba en la corrida más importante del ciclo y al que las nuevas modas que trajeron el actual ‘mastodonte’ han retirado de la circulación.
Cambios de sangre
Sin embargo, otras ganaderías de arraigada fama tuvieron que cambiar su sangre. Es el caso de Sepúlveda, que debía retirar sus clásicos productos Contreras, por los más comerciales de Atanasio; Sánchez Fabrés, por Sepúlveda; Javier Pérez Tabernero, por Atanasio, aunque sin perder el encaste San Coloma... o Javier Sánchez Arjona, que decidió irse a los campos andaluces de Lo Álvaro (o ‘Arvaro’, que para el caso es igual) para fundar su nueva ganadería (aunque conservó lo viejo de Coquilla, que lo lidia en novilladas).
Pero la verdadera fortuna alcanzada por Juan Pedro la logró con los nuevos ganaderos, es decir con quienes después de alcanzar un importante capital quieren dedicarse a la cría del bravo. Es el caso de Francisco Medina y su ganadería de El Ventorrillo (hoy propiedad del corrupto Fidel San Román); el constructor Victoriano del Río, Daniel Ruiz o Domingo Hernández... por citar una parte.
Además, la fuerza, influencia y ‘piquito de oro’ de Juan Pedro es tal que pocos de los nuevos ricos que llegan a su casa se resisten, unido a ello el poder social que goza, tanto en épocas pasadas como en las actuales, pues nadie ignora la vinculación de Franco con su familia (a su tío Álvaro lo nombró alcalde de Jerez y más tarde presidente de la Diputación de Cádiz); posteriormente, durante la Transición y el posterior ‘felipismo’ y ‘aznarismo’, Juan Pedro Domecq vivió sus años más importantes –fructíferos, para que lo entiendan– como ‘vendedor’, pues dada la irrupción de nuevos ricos con ansias ganaderas, infinidad de ellos se dirigieron a su finca para comprar vacas y sementales de desecho, a precios de oro.
Todo comenzó porque ese hierro se había puesto de moda, dada la locuacidad y artes chalaneras de su dueño, que aprovechaba cualquier intervención en los medios de comunicación para darle autobombo a su ganadería, algo que ahora tiene ‘solucionado’, pues hasta figura en el ‘sttaf’ de un conocido portal de internet, del que dicen que es uno de los máximos accionistas.
Por otro lado, Juan Pedro Domecq dada su vinculación con la aristocracia sevillana (es conde consorte de Asalto, aunque muchos después de pagar se equivocan con lo de asalto y dicen conde del at...) además de Maestrante de la plaza de toros de Sevilla, lugar donde casualmente, cada año, las ganaderías salmantinas tienen grandes trabas para lidiar sus toros.
Y es que Juan Pedro Domecq es uno de los ganaderos más dañinos que ha habido en los últimos 50 años en la Fiesta.
miércoles, 19 de enero de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)