Fuente: elchofre.com
Nació en Sevilla el 3 de enero de 1922. Contemporáneo de Antonio Bienvenida y de Manolete, con quienes alternó como becerrista durante la Guerra Civil, triunfó como novillero en la temporada de 1939. Es hermano del también grandioso torero Manolo Vázquez..
Pepe Bienvenida le da la alternativa en Sevilla el 15 de agosto de 1940. La confirma en Madrid el 20 de octubre del mismo año de manos de Marcial Lalanda. Hasta recibir una tremenda cornada en la cara en el año 1943 se sitúa en lo más alto del escalafón junto con Manolete. En 1953 se retira de los toros, para reaparecer triunfalmente en 1959, su última temporada como matador en activo.
Está claro que la figura de Pepe Luis quedó eclipsada, de forma totalmente injusta, por otros toreros y otras circunstancias que perjudicaron notoriamente a la divulgación de un torero de corte extraordinario.
Su innato magisterio quedó reflejada en un apodo que ponía de manifiesto un respeto y una cátedra lejos del alcance de cualquiera. La figura del “Sócrates de San Bernardo” era una figura admirada por los aficionados, que al igual que ahora, disfrutaban de un torero al que las masas ignoraban en beneficio de otros espadas a los que los aduladores y la prensa rendían continuo tributo.
Hubo en su época toreros que alcanzaron, sin tener ni la mitad de calidad que Pepe Luis, cotas remunerativas mucho más superiores, pues mandaban en la prensa y en los despachos y la masa de espectadores los jaleaban incesantemente mientras los aficionados se dedicaban a disfrutar de un torero de leyenda.
Quizá el torero que más perjuicio causó en la minusvaloración de la figura del sevillano de San Bernardo fuera Manolete. Se puede decir que el poder del cordobés hacía que muchas veces Pepe Luis se dejase llevar por su influencia en los despachos, aunque a la hora de la verdad evidenció muchísima más categoría a la hora de demostrar su honradez en la fiesta de los toros.
Las mayores virtudes en el toreo de Pepe Luis se situarían en su inteligencia, su capacidad, y sobre todo en un acusado estilo, muy propio, que a pesar de tener rasgos evidentes de la escuela sevillana resultaba diferente. Pepe Luis era, sencillamente, natural, distinto...torero.
Sobrio con el capote, corto de repertorio pero de extraordinaria calidad, cabría destacar por su enorme capacidad de dar un vuelco total al ambiente en las tardes en las que el ambiente en el tendido era más crispado. Hubo tardes en las que quizá no diera todo lo que de él esperaban los aficionados (sin ningún lugar a dudas porque sabían de su exquisito toreo), pero cuando mayor era el ambiente en su contra un quite le bastaba para que todo el mundo saliese de la plaza hablando de él: era su ya mítico “quite del perdón” con el que saldaba todas las “deudas” contraídas con unos partidarios que le exigían en la misma proporción que admiraban.
Con la muleta era muy natural, sobrio pero garboso, singular y fino, severo y dominador cuando el toro lo requería.....y puro.
A su favor tenemos que decir que jamás se negó a dar la cara con las ganaderías más duras. Mas si cabe, en Pepe Luis se pudo encontrar ese binomio que hoy parece imposible, el del artista diferente y puro que también mataba muchas corridas duras. No debemos olvidar que es uno de los matadores que más corridas de toros de Miura ha estoqueado, y muchas de esas ocasiones lo eran en plazas de mucha categoría, muchas fueron las corridas de Miura que mató tanto en Madrid como en su Sevilla natal. Cuando toreaba en el norte siempre escogía ganaderías de prestigio como Pablo Romero, Conde de la Corte, Guardiola o cualquier hierro que destacase por esa mal llamada dureza, él jamás renunció a lidiar ese toro que destacaba por su presencia, su casta, su empuje, pero sobre todas las cosas, por su bravura.
Quizá sea el ejemplo más claro de cómo una gran figura del toreo puede ocupar un lugar de gloria en la memoria de los aficionados y pasar a la historia sin que muchos espectadores se den cuenta que en Pepe Luis Vázquez Garcés se encontraban con un torero simplemente de leyenda.
Pepe Luis Vázquez. Biografía de un torero.
José Luis Vázquez Garcés, nació en el barrio sevillano de San Bernardo, el 3 de enero de 1922. Su padre, José Vázquez, empleado en el matadero sevillano, no influyó en la carrera de su hijo.
Pepe Luis, cursa estudios elementales hasta la guerra civil y al poco tiempo logra entrar como aprendiz en las oficinas del matadero. Es aquí, según él mismo confiesa después, donde descubre su vocación por el toreo. Poco tiempo después tiene la oportunidad de actuar en la finca “El Quintillo” mostrando tales condiciones para la lidia que, para contrastarlas, se organiza en el propio ruedo de la Maestranza una encerrona con dos becerras que él despacha con el mejor resultado que se podía esperar. Los aficionados más selectos coinciden: existe un gran torero. Pero su padre opina que debe estudiar, ser otra cosa. Sin embargo el gusano de joven Pepe Luis ya había comenzado a actuar.
La afición lo arrastra todo, escapatorias a las ganaderías para las capeas, becerradas. Hasta que el 18 de junio de 1937 se viste por primera vez de luces en Algeciras estoqueando junto con Antonio Bienvenida una becerrada de Gallardo. El éxito del joven becerrista es tremendo. El 7 de Agosto de ese mismo año torea en Sevilla una novillada nocturna, sin mayores éxitos. El 29 de Mayo de 1938 vuelve a repetir en la Maestranza lidiando una novillada sin picadores destacando sobre todo con el capote. Al domingo siguiente 5 de junio, debuta con picadores en la Maestranza la gente sale toreando de la plaza comentando y disfrutando del toreo de Pepe Luis. En esta ocasión alternó con Manolete y Calderón, los novillos eran de Gallardo. Esta tarde le abre las puertas de toda España.
En Madrid se presenta el 13 de Julio de 1939 con novillos de Domingo Ortega.Tarde aciaga muere el novillero Felix Almagro por cogida de un novillo.
Pepe Luis toma la alternativa en Sevilla el 15 de Agosto de 1940, con el toro sabihondo de Francisco Chica. Se la da Pepe Bienvenida y de testigo Rafael Vera “Gitanillo de Triana”. La confirmación se produce el 20 de Octubre de ese mismo año ante “Carmeneño” de Bernardo Escudero, con Marcial Lalanda y Rafael Ortega.
Su toreo fue la belleza, el ritmo, la línea, el arte pinturero. Con el tiempo sería el toreo mismo.
Corroboren, si la segunda fotografia pertenece al Rubio de San Bernardo. Pareciera que no es él,a juzgar por la contextura y el cabello del torero
ResponderEliminarSaludos.
Kalikatres