Peña Taurina Tendido 10

viernes, 17 de diciembre de 2010

FERNADO GRAÑA, ORDOÑEZ Y EL ESCAPULARIO


SERGIO TAPIA HELFER

Quiero contar una historia, que sucedió hace muchos años. Lejos de ser una anécdota, es una lección de como deberían ser las cosas. Creo que las historias cobran valor en si mismas cuando enseñan, cuando dan cátedra de diferentes maneras. Puede ser aprender de los errores del pasado para no cometerlos en el futuro. O en el caso particular de esta, resaltar el valor de un personaje, no por el apellido, ni por las tonterías de idealizar a las personas por lo que comentan de ellas, sino por sus actos. Lo que define al hombre son sus actos.

Tengo 28 y si, reconozco que soy un atrevido. Obviamente, no estuve en muchos de los momentos más importantes de la tauromaquia de este país. A mi me la contaron o la vi por vídeo. No creo que haya un demérito en ello. solo la mala suerte de nacer en 1981 o tal vez la buena de vivir para ver lo que viene que puede ser mejor, Ojala.

Así como yo, muchos que no tuvimos la suerte de estar ahí. Por ello quiero compartir esto. Lejos de ser una anécdota, esta es toda una historia. Y no son más que tres fraces.

Fernando Graña, entonces empresario de Acho, gran aficionado, y tal vez uno de los pocos que en lugar de sacar dinero, tantas veces lo entregó. Estaba en el hotel con los toreros, después de la última corrida, y se encontraba con el maestro Antonio Ordoñez. Ya figura del torero en ese momento.

Todos reunidos conversado, sale el tema sobre la entrega del máximo premio de la Feria ese año, y luego de escuchar las diversas opiniones, análisis y todo, Graña dice: "el premio es desierto".

Antonio Ordoñez quien departía de la tertulia, y ya era gran figura del toreo, con todo lo que ello conlleva inmeditamente acotó, "¿como que desierto?. Fernando!. Los premios se han hecho para entregarlos", mientras los presentes callan pues estaba hablando el maestro. Incluso uno que no pasaba de los 15 años, escuchaba atentamente. Quien sabe si estuvo ahí solo para contármelo una y otra vez, como si hubiera sido ayer. Aunque las canas de su sabiduría realzan su relato y denuncian la verdad del tiempo. ¿Como podría pagarle yo a ud. eso que solo lo saben sus hermanos?. ¿Por qué a mi?.

Entonces Ferando Graña lo mira, se toma la pausa que hace a un señor, SEÑOR. Haciendo un gesto que solo podía seguirle una sentencia, "Antonioooooo..... Desierto y punto. No hay nada que discutir".

Quería compartir esto que fue real, con todos uds. como ejemplo para empresarios, toreros, aficionados y periodistas. Y como yo aprendí de esta historia un poquito más, y no me queda otra que agradecer, al ave verde, que me lo contó.

4 comentarios:

  1. Gracias a ese tipo de aficionados,es que Acho tuvo la solera qe todos conocemos.

    POCHO PACCINI

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  2. Acho,después de Don Fernando Graña Elizalde,no volvió a tener un empresario que pensara y realizara la temporada taurina,en pro del aficionado.
    Un ejemplo a seguir.

    Surco Taurino.

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  3. Esos son el tipo de aficionados que deberían estar en el Consejo Taurino del Rimac y no los 4 regidores indocumentados en tauromaquia y 4 señores que no tienen la calificación ni capacidad idónea.

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  4. Sr:Tapia Helfer,lo felicito por el artículo.
    Es bueno recordar la importancia del escapulario,la tradición y solera de Acho.
    ¡A no cejar en el empeño.!

    Desde Surco Taurino.

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