Cuantas veces
escuché que la admiración a los toreros y el hecho de catalogarlos como casi
extraterrestres, no venía por la cantidad de orejas que cortaron. Pues un
subalterno de antaño era tan respetado como uno de oro. Era simplemente la
admiración que despertaban esos grandes hombres de ser capaces de pararse ante
estos animales bravos, fieros, imposible de dominar, y que como por acto casi
mágico, con engaños podían hacer lo que NADIE, mírenlo bien NADIE parece capaz
de hacer. Por ello: cualquier aficionado
ya sea de años o el más neófito de los turistas que puedan llegar a una plaza, podrían
decir “yo soy incapaz de estar ahí abajo, me paguen lo que me paguen”.
Eso es el toreo.
Y el domingo en Madrid pudimos ver la esencia del toreo. Antes que el arte, la emoción
de ver una bestia capaz de matar a cualquiera que le salga al frente. Por más experimentado
que sea. Los toros no dejaron nada para nadie. Los toros de Guardiola hicieron
honor a la Plaza de Toros de Madrid. Y aunque no hubo triunfo incluso alguien podría
habalr de fracaso pues al Fundi le encerraron un toro, ayer los toreros fueron
más toreros que nunca. Mis respetos a los tres, el Fundi, Uceda Leal y Rubén Pinar. Y al señor Ganadero Guardiola Fantoni mis
felicitaciones por conservar sin miedo alguno, lo que muy pocos querrán pedir
pero que tanta falta le hace a la fiesta. Dicen que no hay ganaderías, si las
hay pero nadie las quiere ni ver.
Ayer vi lo que
pocas veces se ve ya, la fiereza de un animal y la dificultad máxima de una
corrida completa. De esas que no dejan nada para nadie. Ante tanta tarde de
dulzura, borregos, animales descastados, 1000 muletazos sin sentido, y toros que
no exigen a nadie. No hubo bravura de esa que le dicen de la buena. Ayer hubo peligro, emoción, el espectador de
la plaza o yo a miles de kilómetros estábamos al borde del infarto porque esos “pavos”
apuntaban directo a la cara.
Unos tíos con
pitones, cara, cuerpo, peso, fiereza, pasarían legiones de toreros de muchas
épocas para poderles a estos animales. Ayer en Madrid se hizo justo homenaje al
toro de lidia como dice mi buen amigo Antonio Díaz en su blog.
Y aunque ninguno
de los 3 toreros pudieron hacer nada contra sus oponentes. Las palmas para
ellos y el reconocimiento máximo. Salir caminando ayer de Madrid era ya bastante
premio para cualquier torero. Si alguno hubiera salido por la enfermería pues
hubiera sido lo normal. Y lo extraordinario, eso era la puerta grande o al menos
una oreja ya. La lluvia entorpeció y enrareció mucho más la tarde.
Estoy seguro que
ante “juanpedritos” la gente se paraba y se iba para evitar el aluvión en sus
cabezas, pero ahí había un puñado de guerreros en tal vez una de las batallas
más difíciles que les tocará lidiar. Dudo mucho que estos espectáculos los
veamos muy seguido.
Esperemos que el
Fundi se pueda despedir de mejor manera otra tarde con algo que deje aunque sea
un poquito. Pero después de mil batallas la última en San Isidro fue como nadie
esperaba pero un homenaje al verdadero Rey de la fiesta. AL TORO DE LIDIA.
Que Uceda Leal
siga arriando y Rubén Pinar que lo pongan en lugar de tanto indocumentado.
Muy interesante
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