FUENTE: EL COMERCIO
Lunes 25 de Noviembre del
2013 Por: Pablo
Gómez debarbieri
Luis
Francisco Esplá en Lima
El diestro alicantino, recientemente retirado, estará esta semana en
Lima invitado por la peña Tendido 10. Dictará dos conferencias acerca de la
técnica y filosofía de la tauromaquia, así como de su notable experiencia como
torero.
Un gusto tenerlo en Lima. Su primera conferencia será un tema técnico:
terrenos, querencias y el círculo.
Son temas muy divertidos. En teoría, es la génesis del toreo; se torea
en virtud de esas querencias, de esos terrenos. Invadiéndolos es como
provocamos y creamos la dinámica defensiva en el toro. Y es algo que algunos no
entienden o piensan que es abstracto; pero es todo lo contrario: es muy
orgánico, son fronteras concretas que los toreros conocemos.
— Belmonte decía —con su peculiar humor— que el toro no tenía terrenos
propios ni el torero los suyos, porque todo el terreno de las plazas era de las
diputaciones. ¿Cree usted que todos los toreros actuales entienden lo de los
terrenos?
Si le digo la verdad, ello se debe a la pérdida de animalidad del toro
actual. Cuando empecé a torear, era muy importante conocer los terrenos; ello
hacía posible las suertes o no. Ahora, esa pérdida de animalidad del toro, el
instinto defensivo que tenía el toro de antes, que era menos previsible que el
de ahora, marcaba las querencias y tenía una vitalidad más persuasiva que la
del toro actual. Entonces, era importantísimo conocer los terrenos para poder
desarrollar cualquier suerte. El toro actual permite muchas licencias porque es
previsible; hoy salen menos toros mansos. Se ha estereotipado al torero y su
comportamiento; por eso, muchos matadores actuales se han olvidado de algo tan
importante como los terrenos y las querencias.
— La selección genética ha conseguido algo antaño imposible. Hay un
video que muestra a Gaona en 1920 avanzando hacia un toro, el que va
retrocediendo y repuchándose, mientras Gaona lo va encimando y así, con el toro
caminando para atrás, casi dan la vuelta al ruedo. Mansos así, fogueados o con
banderillas negras, casi no se ven hoy en las plazas; pero al mismo tiempo se
ha perdido algo de emoción con toros tan uniformes.
Es que era maravillosa la variedad que antes tenía el toreo. Esa
variedad la aportaba el toro; era un material mucho menos maleable y que había
que trabajar en muchas dimensiones. Yo diría que aquel toro era tridimensional
y ahora es solo bidimensional. Se pierde, entonces, emoción cuando el
espectador puede anticiparse a lo que sigue, pues se coarta una de las mayores
virtudes del toreo: la capacidad del diestro de sorprender al espectador.
— Su otra conferencia será sobre acerca de las percepciones y la
psicología de la fiesta brava. Muchos hoy se preguntan, incluso profesionales,
qué debe hacer el mundo taurino para poner la tauromaquia a la par de otros
espectáculos y de otra oferta de ocio.
Es complicado, pues el toreo está basado en argumentos que la sociedad
va extinguiendo. No es que la sociedad atente contra el toreo, sino que atenta
contra los argumentos básicos del toreo: la honestidad, ese sentido del héroe
homérico, los valores morales, la demostración pública que hace el torero de
tentar a la suerte y jugarse la vida. Todo ello va en contra del mundo moderno.
Incluso el mundo de la imagen y la alta definición atenta de lleno contra el toreo,
pues la tauromaquia —a diferencia del teatro y de otras artes escénicas— no es
una representación: es algo real. El mundo de la imagen es solo representación,
puro simbolismo. En el toreo está presente la muerte y nuestra sociedad hace
abstracción de ella, no la quiere ver, la maquilla. La juventud eterna se ha
impuesto y todo gira alrededor de esa sublime perfección. A la sociedad no le
interesa reflexionar sobre la muerte. Por ello, al atentar la sociedad contra
esos principios atenta contra el toreo.
— Ortega y Gasset decía que todo hombre tiene, en el fondo del cerebro,
instintos que despiertan el gusto por los toros y la caza. ¿No queremos
reconocer eso que llevamos dentro todos los humanos?
Para bien o para mal, el cerebro humano se ha estructurado de una forma
peculiar: sigue siendo el mismo, pero se adaptó a la evolución. Hay atavismos
en el cerebro, pero creo que lo que invoca el cerebro en el toreo es todo lo
contrario. Para entender bien el toreo se necesita una intelectualización
profunda, así se pueden hacer las lecturas y abstracciones de lo que sucede en
la plaza. Cierto, el origen del toreo está en la caza, en los torneos y las
gestas, que luego cautivaron al hombre de a pie. Pero el toreo moderno y la
tauromaquia de hoy no tienen nada que ver con esas lecturas tan básicas y
primitivas.
— Será un placer tenerlo en Lima y escucharlo hablar de esto y mucho
más.
Espero compartir con ellos mis reflexiones acerca del toreo.
Nota: Aquellos interesados pueden ponerse en contacto con los
organizadores en achotendido10.blogspot.com
Una buena oportunidad para el aficionado de aprender de un auténtico Maestro del toreo,lo que lo apasiona.
ResponderEliminarEs bueno recordar que el público de Acho era reconocido como un aficionado entendido.
Felicitaciones a la peña tendido 10.
C.D.S.
Paquito Esplá es un verdadero maestro del toreo y es una gran oportunidad la de conocer sus experiencias.
ResponderEliminarUn notable acierto su presencia.
Manu.
Así se fomenta la afición,es loable el esfuerzo.Un ejemplo a la empresa de turno.
ResponderEliminarRipe.
Buen escudo se consiguió Pablo Gomez Debarbieri para no criticar a la empresa conforme a su libreto. Entre Paquito y Parra le cubrieron media página taurina, un cuarto de página se la regaló al empresario de la muerte (la muerte de Acho) Villafuerte para se defienda a sus anchas dando explicaciones irrisorias ante el fraude mayúsculo. Creerá este aprendiz de cronista, que somos idiotas para no darnos cuenta de que está digitado por la empresa, como el resto de la prensa genuflexa.
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