Peña Taurina Tendido 10

miércoles, 6 de noviembre de 2024

UNA VIRGEN QUE LLORA, ¿Y DÓNDE ESTÁ LA DE VERDAD?

 ¿Paroxismo o P(r)ONCEnetismo?


El mármol, bella piedra energética asociada a la grandeza, sinónimo de sabiduría y buen gusto. De mármol pueden ser los líquidos liberados por los lagrimales del catedrático en su despedida, como expresa Sabina en sus Lágrimas de mármol; esa dicotomía de celebración y agradecimiento a la vida mezclada con reflexiones acerca de las nuevas etapas que uno entra al avanzar los años. Esas lágrimas fueron lo único auténtico que apreciamos toda la tarde, ver al de Chiva pasar frente a nuestros asientos sin sus acostumbradas sobreactuaciones o teatros de grandeza. Eran lágrimas sinceras, consecuencias de retrospectivas que invaden los momentos de extrema emoción.
Nos guste o no, el señor Ponce tiene una trayectoria no solo en Acho con sus 5 Escapularios, sino en la historia del toreo. Es que cuando se despide un torero de época (de las peores en la historia de la Fiesta) debemos mantener un respeto como gesto a la figura del torero que alguna vez fue, detalles que escuché de aquellos que despidieron a grandes figuras que engrandecieron al arte de lidiar toros. Y es que Ponce fue tocado por Dios con una prodigiosa inteligencia para entender a los toros, desde los más encastados hasta los inválidos. Pocos hacen referencia a su inmaculado origen, 8 de diciembre, como otros grandes artistas y personajes, Ponce de León, Diego Rivera, Jim Morrison. Pero don Enrique dista mucha de una concepción (del toreo) sin pecado original, a pesar de esto reconocemos su entrega para esta tarde.
Debo confesar que esperaba mayor entrega del público a su ídolo, claveles arrojados de todos los tendidos, Poncinas acompañadas por El Oboe de Gabriel de Ennio Morricone (más conocida como la Misión) a solicitud de mi tocayo torero, cambiándose el traje de luces por el Frac y de fondo algún improvisado neolimeño imitando voces de Estrella Morente, pedidos de rabo, patas y criadillas. Pero gratamente me equivoqué, la plaza se comporto más ecuánime de lo pensado y en algunos momentos (contados con los dedos) hasta se llegaron a sentir los añorados silencios.
Pero vayamos a la corrida. Una desilusión total la presentación de los Aldeanuevas en la plaza más antigua de América. Tiene sentido la inclusión de esta ganadería en la lista negra de la Asociación EL TORO de Madrid, en Acho confirmaron el mismo desempeño por el que fue incluida; toros flojos, descastados, impresentables, justos en fuerzas, faltos de raza y mansos en general. Si bien ya veíamos por las fotos que era un encierro para plaza de segunda o tercera categoría (claro desecho), manteníamos la esperanza que aflore en algunos un mínimo de casta y devuelva la emoción esencial del toro enrazado tan ausente hace años en Acho. Y es que desde 2018 con Sánchez Arjona, no veíamos en la pizarra anunciados 6 procedentes de España con el mismo hierro, y esta vez sus dos respectivos reemplazos. Es que así es como debe organizarse una corrida, no parcharla ni buscar compartir el petardo con otro hierro. El peso de la crítica debe recaer en la propia casa ganadera y no buscar atomizar el juicio a través de ensaladas de hierros. Toca agradecer a la familia Galdós por la organización del festejo y la inclusión del encierro completo, cuestión que debemos normalizar puesto que así se dignifica la plaza. Por otro lado un torero nunca será veedor ni buen ganadero, lo que sea reseñado por un coleta así conozca mucho la ganadería, va en contra de la casta, bravura y épica. Así como tampoco debe solicitar al Presidente devoluciones de toros aduciendo reparos en la vista, cuando ha tenido al animal en su finca y ha podido realizar las pruebas de visión básicas. Lo mismo para el personal de la plaza que desembarca los encierros, ¿Hay parada de bueyes? ¿Tan caro es contar con una? Otra que va a la lista de deméritos empresariales en esta temporada.

La inicial del Amor. Templado como un chiquillo por Ana.

Venido a menos está el catedrático. El percance en Fallas 2019 y el peso de los años son evidentes. Hace un lustro que hubiera puesto de cabeza al público con estos animalitos venidos a menos, porque hasta el manejo mediático ha perdido; ya no consigue encantar a las serpientes, su capacidad toráxica está disminuida (jadeos constantes), le va a caer bien el retiro definitivo, en especial a su historia. Y si la Fiesta tiene un virus llamado indultitis, hay una variante que avanza en paralelo y aun más rápido y se le conoce como vulgaridad. El vulgo o chusma es amante de lo ordinario (contrario de extraordinario) y disfruta de lo chabacano (opuesto a la fineza). La muchedumbre que abarrota los tendidos encumbra los pases por las nalgas, el trapazo de rodillas, el trallazo, los enganchones, el tirón, el hilo del pitón, todo vale para ellos con tal de disfrutar sensaciones pueriles y pasar la tarde de copas. Pues Joaquín en plenitud de facultades, se ha contagiado, desapareció su concepto clásico y ha cogido los vicios de realizar la temporada en el Perú. Al parecer quiso hacer honor al maestro citando con el pico de perfil, meterse en la oreja del toro, aliviarse con la sana distancia, girar sobre los talones acompañando la embestida. De esta manera no puede regresar a cosos franceses o españoles de primera categoría. Toca replantearse o terminará como algún torero nacional caricaturizado en stickers de whatsapp por sus bailes folklóricos.
Tarde con ausencia de quites, tercios de varas que ahondan más el trámite en que se ha transformado el rito de picar, banderilleros que se esfuerzan pero dañan a los toros colocando arpones traseros, y estocadas sin categoría en su ejecución.








PRIMER TORO – FANTASMA 111

Vareado, tocado de pitones. Embestida descompuesta en el capote, pega hachazos. En varas llega a emplearse, empuja un poco pero sin dar suficiente pelea. Bien señalizado el puyazo pero le hunden las cuerdas 10 veces, carnicería pura. Citado para el primer par acude con prontitud. Reacciona de manera positiva a los demás cites.



En la muleta embiste a media altura, Ponce en lo conocido; pico, distancia, alivio, muletazos hacia afuera (toreo de expulsión). La plaza jalea los enganchones, cosa de locos. Después de ene pases y sobarlo, consigue empalmar (que no es ligar) una serie, apoyado por supuesto con el pico y templando, pero sin poder quedarse quieto, es notorio que ha perdido el sitio.
Bajonazo, suenan matracas y cencerros en el 10 y 12.

SEGUNDO TORO – LABADOR 31

Bizco, ensillado, escurrido de carnes, astifino. Se arranca al caballo, empleándose unos segundos. Encelado en el peto. Se repite la carnicería que en el toro anterior, 10 puyazos en uno.
Desarrolla buen recorrido en banderillas, el primer par muy trasero, y el tercero muy delantero.


Apoyándose en el pico.

Banderazo de expulsión.

Galdós acompaña la embestida (toro artista, el de carril, que pasa). No hay cite ni trazo. Imita al Ponce de la última década. Atolondrado, pega pases de prisa. Molinete, el de las flores y luego vuelve el pico. Pide música. Con la derecha sin el estoque de ayuda, mucho más sentidos pero la colocación es al hilo.
Pinchazo hondo. Trasera y desprendida. Incomprensibles palmas en el arrastre, el público confunde colaboración del animal con bravura, los criterios están subvertidos. Un daño irreparable.

TERCER TORO – POTRICO 62

Nada tuvo de aquel indultado en Astorga 2020, solo el nombre. Estrecho de sienes, notoriamente tocado de pitones. Protestado de salida por la deplorable presentación. Guarismo del 1, no hay garantía de la edad, necesitamos documentación, ¿la empresa dirá algo?

¿Huellas de peleas?

Poco se emplea en el peto, saca al caballo a los medios. La puya había caído en la paletilla, felizmente rectifica en el morrillo. Segunda entrada al caballo, solo señalizado.
Banderillas todas traseras, zona de peligro por un posible daño físico irreparable.
Ponce inicia la faena en el 9. Los muslos ya no le dan para doblarse. El cortejano mansea y se va a zona de mansos en el tendido 1.
Bajonazo, pitos al arrastre. Gritos de la U campeón, felices algunos pero se vuelve una celebración cansina en los tendidos.

CUARTO TORO – MELOSO 34

Hechuras de novillo, guarismo del 1, impresentable. Pierde las manos mientras buscando pararlo. Colocado a distancia para recibir el sagrado castigo. Se arranca, lo cogen bien pero el novillo va a los cuartos traseros del caballo, al suelo el jaco.
Santiago de la Rosa cuadra bien en la cara del toro, aunque las banderillas caen un poco traseras apoyándose en los palos para salir, se desmontera, alegría por la nueva generación de banderilleros.
Galdós plantea una faena en honor a Ponce. Metiendo pico, moviendo la cintura, a distancia, muletazos para afuera. El de El Pilar vuelve a perder las manos en un dosantina. Naturales al hilo del pitón, pegando trallazos. El toro está a punto de derrumbarse. Los tendidos jalean las dosantinas como si ese fuera el toreo puro.
Pincha en hueso, inseguro con el estoque. Estocada casi entera, desprendida. Oreja barata, protestada en algunas zonas de sol donde aún quedan aficionados.

QUINTO TORO – SOSPETILLO 76


Clara morfología de El Raboso. Alto de agujas, cuesta arriba. Sale suelto, da dos vueltas al ruedo, gusta de terrenos de manso en sol. Ponce se dobla con el capote, delantales templados que arrancan olés.
Bravucón en varas, quiere peto pero sin fuerzas. Ponce dirige la lidia en banderillas. Alegría que coloquen a los toros en la primera línea para que el arranque al cite del banderillero sea más emocionante.


Brindis a la afición de Lima. Comento con mis acompañantes que con este animal Ponce va a hacer lo que desee, el toro colaborador. El burel empieza a pasar, toro majete. Suena Cielo Andaluz como hace 10 años con Furtivo de Roberto Puga.

Clásica distancia, por eso duró tantos años en la cima.

    ¿El toro es un bombón? Más que el toro artista que anhela el Maestro para soñar con el toreo, es un picarón con cuernos. Va perdiendo el gas y se queda a medio embroque. Ponce insiste en las genuflexiones para desatar el paroxismo.





¿Sirve de algo la Poncina? La estética no puede estar por encima de la épica. Pero para Ponce es al revés, cosas de los tiempos modernos y de la dictadura de las masas desconocedoras.

El abaniqueo que aloca a los iletrados.


No fue gran estocada, ni por ejecución e imperfecta en colocación.

Estocada desprendida, los CPP’s de Kikín gritan estoconazo digno de premio. Sospetillo recibe ovación en el arrastre.


SEXTO TORO – CAMPANERO 55

Otro ensillado, astracanado, cuesta arriba. Quiere pelea en el caballo. Mal picado y con carioca condenable. ¿Reparado del ojo? Yo percibía una leve descoordinación entre los cuartos traseros y las manos. El torero da las órdenes al Presidente y éste obedece a cambiar al animal.

SOBRERO – BILANITO 98

Volvemos al guarismo del cero. Abanto, escarba, se siente más cómodo en los tendidos de sol, terrenos de manso. Suelto, no pueden fijarlo. Displicencia y poco compromiso de lidia del coleta nacional, toca ir a buscar al huidizo en toriles.
Acude al caballo pero se duerme en el peto. En banderillas se arranca mejor por el pitón derecho.

Hace unos años citaba adelantando el engaño, ahora especula por la periferia.

Galdós coge la muleta y empieza a doblarse con el toro, este se viene abajo. Continúa el abuso del pico, distancia de alivio y pegando pases de expulsión. Fuera de cacho total, el nuevo asistente de la plaza no sabe acerca de la colocación, estar atravesado o al hilo para el cite debe ser protestado. Más trallazos, empieza a porfiar en exceso y el público se aburre por alargar innecesariamente la faena, se escuchan algunos silbidos. La tarde se había hecho excesivamente larga.
Pinchazo. Media estocada. 1 aviso. Descabello.


Me llevo la sinceridad de las lágrimas, un señor que en los últimos años me acostumbró a cursilerías dentro y fuera del ruedo, terminó conmoviéndose ante un público que hizo vibrar en tres décadas. Aplaudo la verdad, más aun en una sociedad con estado de anomia. El resto de la tarde anduvo entre la vulgaridad y la apatía. No quedan vírgenes de verdad que adorar, pareciera que todo lo que vemos en un ruedo está contaminado con el pecado original.

                                                                                                                                                    EnriqueCN

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